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lunes, diciembre 31, 2007

viernes, diciembre 28, 2007

Postal Navideña: Día de los Inocentes

Dios aprieta pero no ahoga. Hubo un día en que nos dejó ganar al Madrid e incluso nos hizo creer que un equipo en el que juegue Mario Kasun puede ganar algo. Amén.

PD: ¿Basile es el mejor defensor del Barça? Ha lugar a la reflexión.

miércoles, diciembre 26, 2007

El Cielo de Roma

Al llegar a la Piazza di Spagna alzó la vista y se encontró con una bandera de España que ondeaba aparatosamente frente a una imagen de la Inmaculada Concepción. Se detuvo por un instante hipnotizado ante el ir y venir de la tela rojigualda que parecía luchar por alcanzar la sagrada imagen. El viento soplaba con fuerza pero la tela era demasiado corta y el esfuerzo inútil. Fascinado ante aquel juego en las alturas, comenzó a caminar con la vista puesta en el mundo sobre su cabeza. Llevaba en Roma dos intensos días de turismo pero rara vez había considerado la idea de alzar su mirada, y aquella visión le había turbado de tal manera que le animó a caminar contemplando la ciudad de otra manera. Al hacerlo comprobaba cómo cada paso era más difícil que el anterior. Le resultaba más complicado mantener el equilibrio y, sin embargo, una extraña sensación, un placer de naturaleza indescriptible se apoderaba de él a cada instante. La vida alrededor parecía difuminarse, el griterío de la masa se fue convirtiendo en un eco cada vez más lejano e indescifrable, ajeno a sus pensamientos, ajeno a su consideración. Apenas percibía el impacto con los cuerpos terrestres. Recibía insultos, severas reprimendas y alguna que otra burla. Pero sus oídos eran incapaces de descodificar aquel idioma. El sonido se apagaba mientras ante sus ojos fueron dibujándose más y más estrellas hasta llenar la imagen de pequeños fulgores, casi inapreciables, que, estaba seguro, nadie más contemplaba en ese momento. Sus pies se elevaron ligeramente del suelo, apenas unos centímetros, como si quisieran caminar hacia un mundo nuevo por encima de su pasado allá abajo. Un mundo más allá del ruido y la desconsideración, más allá de las masas y los colapsos, una vida nueva que sólo los que como él caminaran, con la vista alzada, podrían alcanzar. Apenas unos centímetros por encima y allá abajo estaba muy lejos.

Una mano de algo, de un ser de allá abajo, le hizo descender. En un primer momento fue incapaz de oír lo que ese extraño, visiblemente nervioso, trataba de decirle. Poco a poco el silencio que habitaba en sus oídos fue dejando paso a la voz de un hombre que le agarraba con fuerza del brazo, tirando de él hacia adelante. Sin embargo su cuerpo se negaba a avanzar. A su izquierda aquel hombre, a su derecha, a apenas unos centímetros, el frontal de un autobús urbano cuyo conductor gesticulaba agresivamente con los ojos desorbitados. La insistencia de la mano agarrada a su brazo izquierdo le puso definitivamente en marcha. Caminó lentamente, con el rostro sereno e impasible, hasta alcanzar la acera. Sólo entonces aquella persona a la que seguía sin entender le soltó y continuó su camino mientras hacía aspavientos con los brazos y se giraba para contemplarle. Algo se derrumbó entonces en su interior y un angustioso ardor de estómago se fue apoderando de su cuerpo. Los ojos se le humedecieron hasta casi dejarle ciego. Había estado a punto de morir, a punto de ser un cuerpo inerte rodeado por su propia sangre, a punto de ser cadáver, estadística de accidente, nota de prensa. Al regresar al hotel trató de dormir pronto pero la excitación se lo impidió. Abrió el mini bar y sacó una botella de whisky que poco a poco vació en su interior. Al dejar de beber, tumbado sobre la cama, comenzó a sentir cómo su cuerpo se elevaba apenas unos centímetros hacia el techo y cómo éste se iba llenando de pequeñas estrellas, de pequeños fulgores casi inapreciables que, estaba seguro, nadie más contemplaba en ese momento.

© Carlos Pérez Cruz

martes, diciembre 25, 2007

Postales romanas (y vaticanas) VII

Artículo de la Ley de la Memoria Histórica: el escudo de la España preconstitucional permanecerá en el suelo de la embajada de España ante la Santa Sede en Roma (sita en la Piazza di Spagna) a fin de que sea pisado en desagravio de los represaliados por el régimen franquista.

lunes, diciembre 24, 2007

Espíritu Navideño

La mañana está transcurriendo con un animoso espíritu navideño. Recluido en mi dulce hogar se escucha el claxon de los conductores que se saludan unos al paso de los otros.

viernes, diciembre 21, 2007

Confirmado

Desde la mesa de trabajo de mi casa se escucha el claxon de algún coche. Ha llegado la Navidad.

Postales romanas (y vaticanas) VI

Un día, al dirigir mi vista hacia arriba, descubrí que el cielo es territorio de patrias y religiones. Gracias a la fuerza de la gravedad podemos mantener los pies en el suelo.

jueves, diciembre 20, 2007

Postales romanas (y vaticanas) V

Como todas los otoños Roma vive el fenómeno de la trashumancia a través de las diferentes cañadas urbanas. Es un fenómeno que acrecienta su intensidad conforme se aproxima el año a su final. Es entonces cuando confluyen muchas de las ganaderías en las cañadas con abrevaderos de diseño. La lucha es cruel y sólo las más poderosas saborean el preciado banquete. El resto deberá conformarse con mirar y quizá recoger las migajas del festín.

miércoles, diciembre 19, 2007

Postales romanas (y vaticanas) IV

¡Marcello! ¡Come here! Atraídos por el canto de la sirena cientos de turistas de low coast lanzan sus monedas al agua y fotografían la imperial Fontana di Trevi. Las vacías calles de pueblo para Marcello y Anita son ahora autovías del colapso. Y no hay gatos que alimentar, ni latterias abiertas a deshoras para italianos enamorados de rubias platino. Sólo cuerpos y más cuerpos, miradas digitales, codazos y silbatos de policía en la batalla por la foto en imposible soledad. Y Neptuno mira nervioso el Dolce & Gabbana contando las horas que quedan para terminar la jornada de flashes cegadores que, sin embargo, no desvían nunca su mirada de aquel maniquí de Benetton que un día vio desnudo por cambio de temporada.

viernes, diciembre 14, 2007

Postales romanas (y vaticanas) III

Al apagarse el sol el Foro se sumerge en la oscuridad. Es la hora en la que las calles, que podrían ser cualquiera a la luz del día, son Historia entre las sombras. Descansa la calzada de la pisada presurosa del turista de paso a mediodía y renueva el recuerdo de un día que fue otro, de una luz derramada por otros dioses, de leyendas que un día fueron ley convertidas hoy en guía de bolsillo para vagos de low cost.

El curioso, como el paciente astrónomo que pasa noches en vela, espera a que el Coliseo se ilumine para contemplar durante unas horas cómo togas y túnicas vuelven a la vida entre columnas mientras el Coliseo
, cómplice monumental, atrae a las miradas digitales para permitir al pasado ser presente en las largas noches del invierno romano.

Los días perdidos

Una sociedad como la nuestra, que mide las horas que una persona pasa en su vida en el baño, aparcando, durmiendo o las veces que se ríe al día, todavía no proporciona una estadística tan desoladora como la de los días perdidos en una vida. Y no me refiero a los días perdidos por falta de productividad laboral o enfermo en una cama. Me refiero a los días en que uno se para a pensar y de pensar se queda paralizado, asombrado del absurdo de cada gesto, de la insignificancia de cada acto, de la falta de letras en una conversación, de la soledad en compañía, de la inercia de nuestros pasos, del desenfreno de la hora, de la cerveza mal tirada, del papel malgastado, del vacío lleno de palabras... Son los días perdidos de nuestra vida, la más aterradora de las estadísticas.

jueves, diciembre 13, 2007

Postales romanas (y vaticanas) II

De entre la majestuosidad de una ciudad con gran pasado en piedra y menor futuro en cemento surgen elegantes, con robusta fragilidad, los Pini di Roma. Espías ocultos entre las ruinas del foro, observadores callados desde el Gianicolo, los Pini di Roma guardan la memoria de una ciudad que presume de eternidad desde un presente que amenaza su identidad, hoy más parecida e igual que diferente.

martes, diciembre 11, 2007

Postales romanas (y vaticanas) I

Hubo un tiempo en el que fui niño. Por aquel entonces, como casi todos los infantes por estos lares, esperaba con ansiedad la llegada de los Reyes Magos cada cinco de enero. Yo era de los que tenía suerte y recibía su visita la noche del cinco y no la mañana del séis. Incluso en una ocasión tuve la suerte de poder hablar cara a cara con Baltasar (al que dirigía mis plegarias materiales). Miento, él hablaba (perfecto castellano, por cierto) y yo era incapaz de articular palabra, boquiabierto y ojiplático, sobre todo cuando de su zurrón sacó mi carta de esa Navidad. El día en que Jesús (qué ironía) me dijo aquello de los reyes son los padres es cuando definitivamente dí el paso de la niñez a la adolescencia.

Con el tiempo el antaño infante, ahora adolescente, va comprendiendo que la escenografía de tan mágica noche es la de una hermosa confabulación de padres y madres, amigos y hermanos, que por unas horas se convierten en tramoyistas en el gran escenario de la ciudad o del pueblo. Todas las magias tienen truco.

La Iglesia Católica (como muchas otras religiones) tiene sus propio trucos y tramoyistas. La noche de reyes la recompensa de la espera tiene forma de regalo material (o de castigo de azúcar). Los niños y niñas gritan los nombres de sus majestades favoritas, que saludan desde la altura a derecha e izquierda, y les contemplan desfilar subidos a grandes carrozas escoltadas por personajes de la adoración infantil (cada vez más catódica). La Iglesia Católica tiene sus propias cabalgatas, sus propios reyes, sus propios escoltas. La Iglesia Católica disfraza al jefe de Papa (representante de Dios en la Tierra) y lo saca de paseo subido en carroza (Papamóvil). Reparte saludos ante los gritos de sus fieles de todas las edades que no esperan caramelos ni playstations a la vuelta a casa, sino su bendición y su mirada. Los disneys y simpsons son ahora grandes carruajes de muchos caballos, motores gasolina con nombres de Lancia, Toyota o Mercedes, que escoltan al gran tramoyista, al gran actor en la perpetua noche mágica de la Iglesia Católica. La noche de la que muchos se irán sin ni siquiera haber dudado por un instante de que detrás de las capas y los gorros se esconde la figura de un humano disfrazado.

miércoles, noviembre 21, 2007

Recreo

A las once de la mañana las oficinas abren sus puertas al recreo. Es en ese momento cuando la calle, ocupada hasta entonces por amas de casa y jubilados con carrito y algún adolescente haciendo novillos, es invadida por un ansioso hormiguero gris y azul marino que se desparrama y desaparece por la puerta de cada una de las cafeterías de la zona. Pero ella juega con ventaja. Ella, piel de blanco porcelana, rostro impávido y gruesas cejas negras, camina cada día los diez pasos que separan la puerta de la tienda de moda en la que trabaja y la de la pequeña cafetería de la esquina. Llega antes de que suene la alarma del recreo, antes de que alguien le robe la banqueta que ocupa junto a la cristalera y en la que toma el sol los días de sol y pierde la mirada en los días de lluvia. Sólo tiene que abrir la puerta, sentarse y, sin tan siquiera pronunciar un buenos días, esperar a que le sirvan. De su chaqueta extrae un cigarro, lo enciende y lo fuma con la dedicación de a quien el médico le ha diagnosticado una última calada. Sonríe levemente cuando le sirven el café, lo sorbe, recupera su rostro perpetuo, aspira el humo, mientras su alrededor se va llenando de hombres azul marino y mujeres gris que alborotan el silencio previo, que comprimen el tiempo con sus gritos de ¡para mí con leche! ¡yo un cortado!. Y el aire se llena de humo, que fue el suyo propio al principio y el de todos ahora, y las palabras se elevan unas sobre las otras para encontrar quien las escuche mientras ella continúa ajena su ritmo de café y cigarro, con la mirada absorta en el exterior, esperando a que pase la tormenta y todo vuelva a ser como al principio, sola en la esquina y el café recién servido.

Carlos Pérez Cruz

viernes, noviembre 16, 2007

Pelusilla

No sé si lo mío es un caso de olvido premeditado o simplemente que tengo mala memoria pero parece que mi infancia juega conmigo al escondite. Cada vez que conduzco por la carretera de los recuerdos el sol se va ocultando velozmente hasta oscurecer mi viaje conforme me voy aproximando a la edad de la inocencia. No sólo la noche lo inunda todo sino que una densa niebla va cubriendo el paisaje hasta hacer mi camino prácticamente intransitable y me invita a volver a mis días a afrontar lo que vendrá, olvidando lo que vino. Por fortuna la niebla no viene sola, viene acompañada de los relámpagos de una tormenta que, cuando estalla, me permite al menos ver algo en el camino, aunque sólo sea durante un instante, una fugaz visión de lo que fui, de aquello que viví aunque en la distancia parezca que simplemente se trata de la visión de una vida ajena, de alguien que ¡no puedo ser yo! porque no me parezco en absoluto a ese mico que en vez de bigote vistió pelusa hasta que, por fin un día, mi padre me enseñó a afeitarme. Creo que de ese momento tiene que existir un vídeo, o una foto. A mi padre siempre le ha gustado guardar los momentos importantes de nuestra vida porque algún día te hará ilusión recordar. Lo que no sabía mi padre es que a mí me gusta más recordar lo que nunca sucedió; la nostalgia de un pasado que nunca fue. Lo que sí consiguió mi padre al enseñarme cómo se afeita un bigote es que dejara de sufrir la burla de mis compañeros de clase que no sólo descubrieron antes que yo que los Reyes Magos eran un disfraz sino que la madurez se alcanzaba cuando uno cambiaba esa pelusilla por un verdadero bigote, aunque fuera un tanto vago y remolón y apenas lo pareciera. Recuerdo aquella mañana en que, después de usar mi primera cuchilla, volví al colegio con otro ánimo. El mío era un colegio de monjas de ambiente claustrofóbico. No es que me impusieran las imágenes de vírgenes y cristos dolientes, que tampoco animaban mucho, sino que a nadie se le ocurría ventilar aquellos enormes pasillos y aulas en las que pasábamos largas horas cada día. A las ocho de la mañana entrar en el colegio era como entrar en la noche cuando fuera estaba amaneciendo. La oscuridad de recogimiento monástico apenas se veía amenazada por algún rayo de sol que se conseguía colar por alguna de las ventanas enrejadas cuya contraventana alguien dejó sin cerrar del todo la tarde anterior. Esa luz, ese pequeño rayo, irrumpía en el espacio negro y mostraba el baile de polvo en suspensión. Era un espectáculo al que yo solía prestar atención cada mañana antes de entrar a clase. Microscópicos entes de suciedad bailaban al ritmo del vals de entradas, salidas y carreras de mis compañeros. No era más que una excusa para intentar retrasar lo más posible mi entrada en la clase pero terminó por fascinarme. Pero aquella mañana recién afeitado sería diferente. Yo había dado el paso que otros dieron antes. Me había convertido en un hombre. Eso de sonrojarme ante las burlas de mis compañeros se había acabado, ahora yo era uno de ellos, ahora iba a competir en el mercado del Maite se gusta de tiBarrio Sésamo y, sobre todo, porque aquellos pelillos ridículos habían caído por fin. Aquella mañana me olvidé del baile de polvo y entré a clase de los primeros. Me atreví incluso a abrir las ventanas del aula para ventilar a pesar de los gritos de protesta de alguna compañera que tenía frío. Me dio igual. Ahora podía mirarla a los ojos y no ponerme rojo de vergüenza. Fueron dos mis victorias ese día. Por primera vez una chica parecía respetarme y por fin se podía respirar en clase. Estuvo bien que nadie se metiera conmigo por mi pelusilla aunque ese día también aprendí algo que nunca he olvidado hasta hoy. Aprendí que es mejor llevar las camisas por fuera para que no se note que ¡¡ la tiene grande !!

Carlos Pérez Cruz

lunes, noviembre 12, 2007

Muerta*

El mes de los difuntos le ha inspirado la metáfora. Álvaro Miranda, vicepresidente segundo y consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra, tiene razón al afirmar en este periódico que la sociedad civil navarra “está muy muerta y tiene muy poca actividad”. La frase, eso sí, está construida desde la paradoja y la redundancia. Nunca se ha visto que un muerto tenga actividad, ni poca ni mucha. Y la muerte tampoco admite grados, de modo que no hay muertos y muy muertos. Humoradas al margen, lo triste es que Miranda hace un diagnóstico correcto. Hay que preguntar por qué, qué le ha pasado a una sociedad crítica, rebelde, susceptible de movilización y solidaridad. Nadie reconocería hoy a la sociedad navarra con respecto a sus actitudes en el tardofranquismo y en los primeros años de la transición. En su base social y en sus instituciones. El Ayuntamiento de Pamplona exhibió una admirable pujanza de vanguardia democrática durante los últimos años de la dictadura, con alcaldes nombrados a dedo por el Gobernador Civil. Algunos diputados forales marcaron diferencias con respecto a las pautas impuestas por esa misma autoridad. Un plural y luchador movimiento sindical, los específicos comités de parados, las activas asociaciones de vecinos, sectores del clero, algunos colegios y asociaciones profesionales fueron conciencia crítica del sistema, una admirada referencia para el conjunto del Estado. Ni Zapatero y Rajoy juntos llenarían la plaza de toros como la abarrotó en su día la Organización Revolucionaria de Trabajadores. Navarra dispuso de tenaces y poderosos arietes con los que abrir huecos en la muralla del autoritarismo. Quién nos ha visto y quién nos ve, ahora adormecidos por la llamada sociedad del bienestar, maniatados por el endeudamiento económico, miedosos ante la precariedad en el empleo, gratificados por las posibilidades de consumo y, también, conformistas acunados por los tentáculos del poder, que hacen del ciudadano su cliente. ¿Cuánto dinero público aconseja no levantar la voz a sindicatos, universidades, organizaciones de cooperación, culturales, de usuarios, despachos y colectivos profesionales, medios de comunicación? Prudencia rima con obediencia; discreción, con subvención; sumisión, con talón; adhesión, con colocación. ¿Acaso el poder estimula la crítica? La discrepancia está penalizada. ¿Alguien se imagina qué respuesta popular hubiera tenido el menosprecio de Alcaldía a más de veinte mil firmas ciudadanas contrarias al aparcamiento de la Plaza del Castillo o determinados comportamientos empresariales con cierres estratégicos e interesadas deslocalizaciones? “El silencio de los corderos” es el documental favorito en los despachos oficiales. De rebeldes envidiados, a dócil rebaño.

*Autor: Carlos Pérez Conde (Publicado el domingo 11 de Noviembre en el "Diario de Noticias" de Navarra).

viernes, noviembre 09, 2007

Se busca trabajo (o de cómo un pensador se pone manos a la obra)

Desde aquella conversación con José la noche del jueves había llegado a la conclusión de que no merecía la pena volverse loco por este mundo y había tomado una decisión con la que pretendía dar un giro completo a su vida: Iba a buscar un curro. El mundo en que le había tocado vivir era así, le gustara o no, y tenía muy pocos visos de cambiar. Al fin y al cabo esas reflexiones que José y él contraponían todas las semanas terminaban por deprimirle más que por solucionar nada que no fuera su propio ego, pero el discurso de los acontecimientos seguía la senda marcada por un guía superior a ellos, se llamara Dios, Capitalismo o Conformismo. José y él llevaban trece años reuniéndose cada jueves por la noche y en trece años los temas de conversación no habían variado más que en los pequeños matices que la actualidad marcaba en cada momento. En el fondo de cada una de sus discusiones bullía una profunda insatisfacción vital, el peso de la imaginación de un mundo diferente que otros habían desarrollado para ellos en el cine o en las novelas y ensayos que leían y que formaban el bagaje intelectual que José y él desparramaban sobre una mesa de madera humedecida por cientos de cervezas derramadas.

No era la primera vez que había llegado a la conclusión de que debía darse por vencido y convertirse a la religión de los iguales, tal y como la habían bautizado en uno de aquellos jueves noche. Si muchas personas, a las que ambos conocían, parecían sobrevivir con dignidad, incluso con aparente felicidad, con sus vidas horarias de calendario fijo, él también podría hacerlo. Si luchar por cambiar el mundo, aunque fuera el de los ochenta metros cuadrados de su piso, no le había hecho sentirse mejor, ¿por qué no habría de probar a ser uno de ellos? Así que durante unos días buscó ofertas de trabajo en los periódicos locales y fue llamando a las que menos le disgustaban de primeras. Contactó con comunidades de vecinos que buscaban porteros, con tiendas de ropa que buscaban dependiente, con oficinas de seguros que requerían secretarias (¡no secretarios!) - otras que requerían personal de limpieza (¿es usted rumano? ¿No? Lo sentimos, no estamos interesados.) -, con empresas que buscaban repartidores, incluso una cadena de pizzería que le colgó al informarles de su edad (32. ¿Hola? ¿Está ahí?). Finalmente, a punto de renunciar, consiguió una entrevista para un trabajo de comercial en una tienda de telefonía.

Se puso el mejor traje que tenía, abandonado en el fondo del armario desde la ceremonia de graduación de su hermana de hacía cinco años, y se encaminó hacia su cita. Al llegar le hicieron pasar al despacho del señor Don José López Jiménez, encargado de la tienda. Se sentaron frente a frente separados por una mesa de trabajo repleta de papeles con miles de datos. La conversación discurrió con amabilidad. Don José le reconoció que necesitaban contratar a alguien con urgencia y que sólo quería conocer algunos datos más. Todo parecía dispuesto hasta que el señor Don José, mientras buscaba el contrato entre la orgía de fotocopias y facturas, preguntó.

- ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
- Pensar. Me encanta pensar, leer, ver películas... Por cierto, tengo un amigo que se llama como usted. Quedamos todos los jueves desde hace trece años. Ya sabe, arreglamos el mundo en torno a una cerveza.
- ¿De qué hablan? ¿De fútbol? -, inquirió Don José.
- Que va, que va. Últimamente andábamos discutiendo sobre un ensayo de Freud. El malestar en la Cultura, no sé si lo conocerá.

Tras titubear durante un instante, Don José López Jiménez se levantó de su silla, le dio la mano y le acompañó hacia la puerta.

- Gracias por venir. Ya le llamaremos.

Carlos Pérez Cruz

miércoles, noviembre 07, 2007

El Ojeras

Tumbado sobre un colchón envuelto en plástico, en aquel enorme almacén, recordé por un instante una historia que mi abuela me contó el día en que vinieron a cambiar la cama de la casa del pueblo. Mi abuela me dijo que ese colchón, en el que había dormido durante varios años yo y antes mi padre, lo había comprado en su día por recomendación de Luis El Ojeras. El Ojeras era un señor del pueblo al que la fortuna había tratado bien y no necesitaba trabajar para ganarse la vida. Su familia tenía tierras y con la herencia le llegaba para vivir con holgura. Sin embargo El Ojeras siempre había tenido más inquietudes que las de ser un simple terrateniente aburrido que juega a ver pasar el tiempo mientras los demás trabajan. Tenía un carácter afable, le gustaba charlar con los del pueblo pero éstos trabajaban durante el día con lo que tenía que esperar hasta última hora para poder juntarse con ellos. Durante un tiempo probó a labrar sus propias tierras en compañía de los vecinos a los que él mismo pagaba por ese trabajo. No era un oficio especialmente complicado pero le resultaba muy esforzado. Concienciado por aquella experiencia les subió la paga. Probó después a pedir trabajo. No había mucho donde escoger: estaba el bar del Manolo, el ultramarinos del Martín, la lechería de la Lourdes, la carpintería del José y la colchonería de la Ana María. Uno a uno El Ojeras les fue pidiendo trabajo pero todos le rechazaban después de emitir una sonora carcajada. ¿Cómo iban a dar trabajo a quien no lo necesitaba? No le tomaban en serio a pesar de su insistencia. Sólo Ana María prometió pensárselo antes de darle una respuesta definitiva. Meses después, cuando El Ojeras ya se había resignado a vivir mirando por la ventana, se encontró con Ana María en el bar del Manolo y ella le comentó entre risas que necesitaba que alguien le probara los colchones antes de venderlos. Luis aceptó sin dudarlo ante la sorpresa de Ana María que se lo había comentado más como un chascarrillo que como una proposición en firme. Al día siguiente Luis empezó su primer y último trabajo. Se convirtió en un experto en colchones y todo el pueblo confiaba en su opinión cuando tenían que comprar uno, como el que mi abuela había comprado para mi padre y luego yo utilicé de pequeño. Cuando mi abuela me contó la historia de Luis El Ojeras le pregunté el porqué de ese mote. Me explicó que aunque Luis estaba muy contento por tener algo que hacer durante el día pagó un precio muy alto por su trabajo. Cada vez que probaba uno de aquellos colchones se quedaba dormido plácidamente hasta que Ana María le despertaba para saber su opinión. De tantas cabezadas que se echaba durante el día no pegaba ojo por las noches así que siempre amanecía con unas enormes ojeras dibujadas en su rostro.

Carlos Pérez Cruz

lunes, octubre 29, 2007

El oficio de ponerse a pensar

Puede que lo que me ha pasado esta mañana sea cosa de la casualidad. Nunca he sabido muy bien qué es una casualidad pero es la primera idea que se me ha venido a la cabeza después de lo que ha pasado. Como casi cada día me había sentado a pensar, a recordar, a inspirarme... A veces lo hago mientras me tomo un café, a veces después de leer el periódico o tras una conversación airada. Esta vez simplemente me había sentado para practicar el oficio que más me gusta, el de pensador. No está muy bien remunerado, en realidad me lo subvenciono yo mismo, pero nunca se me olvida incluirlo en mi carta de presentación ante cualquiera que me pregunte a qué me dedico. En la mayoría de los casos la reacción suele ser de sorpresa, las cejas se elevan repentina y velozmente, pero pocos son los que dan el paso de preguntarme qué eso de ser un pensador. A quien se atreve le explico que es un oficio muy duro pero estimulante ya que le permite al cerebro ordenar sus ideas y también plantearse nuevos interrogantes. Eso está muy bien porque uno no tiene tiempo de aburrirse ya que nunca se acaban las preguntas. Se acaba el petróleo, se acaba el agua, se acaba la noche, pero las preguntas siempre están ahí esperando a ser formuladas.

Esta mañana de lunes espeso las preguntas se habían escondido bien lejos de mi pensamiento. También a las preguntas les pesa el día de la semana. No es lo mismo pensar un lunes que un viernes ni, por supuesto, que un domingo. Los lunes, por lo general, suelen ser para las grandes preguntas de la humanidad: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy? Los viernes, casi siempre, para las preguntas ociosas: ¿Qué hago este fin de semana? ¿Leo o voy al cine? ¿O quizá ambas cosas? Los domingos la prensa tiene una influencia enorme. También la película que vi anoche, el libro que quedó sobre la mesilla con un capítulo a medio acabar o la discusión con ese amigo de derechas con el que no sé muy bien por qué sigo hablando o por qué sigue siendo mi amigo.

Hoy lunes espeso, día de las grandes preguntas de la humanidad, no conseguía encontrarlas. Pero ser pensador es un trabajo que requiere constancia y, a pesar de haber sido tentando por la renuncia, he perseverado hasta encontrar la gran pregunta del día: ¿Por qué me fascina tanto la Luz del Norte si nunca he viajado hasta el Norte? Me refiero a esa luz mágica del Círculo Polar que se produce cuando el sol nunca se pone pero parece estar a punto de hacerlo a cada instante. Es posible que mi idea de esa luz esté equivocada y que esté confundido por el juego de luces de una película de Julio Médem pero necesito ir hasta allí alguna vez en la vida y comprobarlo por mí mismo. La luz que yo imagino es fría pero a la vez cálida porque invita a recogerse en el interior de una cabaña de madera. Es una luz que convierte el minuto cotidiano en perpetua ensoñación. Es una luz que suena a pasos crujientes sobre ramas secas y que huele a esa humedad que rescata los olores dormidos de la naturaleza.

Esta mañana me ha apetecido volver a ver esa película de Julio Médem. Cuando estaba encendiendo el televisor se ha ido la electricidad en mi barrio y me he quedado sin luz.

Carlos Pérez Cruz

jueves, octubre 04, 2007

Carlos Llamas y el Periodismo

Cuando tras las señales horarias de las ocho de la mañana ha sonado el histórico gong de Hora 25 en la Cadena SER el pulso se me ha paralizado. La sospecha ha tardado décimas de segundo en confirmarse. Ese sonido de las noches de la SER emitido a las ocho de la mañana sólo podía significar que Carlos Llamas había muerto; la voz quebrada, llorosa, de Carles Francino lo ha confirmado. Resulta raro que enterarte de la muerte de alguien al que nunca has tenido oportunidad de conocer personalmente te llegue a afectar tanto pero las lágrimas de hoy no eran de cocodrilo. Eran las lágrimas de sentimiento profundo por la pérdida de alguien con el que nunca hablé pero que fue mi amigo durante muchas noches de cena en soledad, de vuelta a casa de algún lugar y con el que compartí la sonrisa cómplice de quienes encontramos en la ironía y el sentido crítico la única manera de aguantar el chaparrón.

Carlos Llamas representa para mí una especie de periodista en vías de extinción; la del periodista que no se conforma, que va más allá, que razona y critica aunque el objeto de su crítica sea incómodo incluso para la propia empresa en la que trabajas. Esa forma de hacer y de ver la vida es la que he intentado aplicar a mis propias experiencias profesionales y el resultado no ha sido muy satisfactorio hasta la fecha. Me he encontrado reacciones de todo tipo pero todas ellas acomodaticias. Los órganos de "poder" siempre la han rechazado por incómoda; entre los compañeros siempre ha existido disparidad aunque con el mismo transfondo: rechazo, cuchicheo, palmadita en la espalda... en definitiva nadie se "moja" por causas que, por muy justas que sean, ponen en riesgo el estatus de uno y de su puesto de trabajo.

El periodismo está perdiendo su esencia a pasos agigantados. Resulta cínico que sea de las propias empresas de comunicación de donde surjan estas reflexiones pero no hay periódico que yo haya leído o emisora de radio que haya escuchado donde en algún momento no se manifieste esta opinión. Y suelen hacerlo sus principales nombres, los mismos que rara vez pondrán en "riesgo" a su empresa si una pregunta o un comentario pueden molestar a las esferas de "poder" en las que esa empresa se mueve o pretende hacerlo. Pero, en mi opinión, lo más grave de todo esto es que en la propia juventud que se forma para ser periodista o en la que ya ejerce en los medios se vive desde temprana edad la conveniencia de callar y acatar como una máxima de supervivencia. Aparte de que es más apasionante mirar a través de los ojos del Gran Hermano que ponerse las botas y embarrarse en el lodazal.

Decía el mítico periodista polaco Richard Kapucinski que antaño uno podía entrar al despacho del director de un periódico y pedirle ayuda porque quien estaba ahí dentro era mejor periodista que uno. Ahora dentro de esos despachos sólo se puede encontrar a empresarios que no entienden de periodismo y que sólo miran las cuentas de resultados y el beneficio de las relaciones institucionales; difícil convivir así con el verdadero periodismo, terreno cultivado para el sensacionalismo, para la noticia espectáculo que hoy se ha convertido en el Leitmotiv de los medios de comunicación incapaces de ir más allá de la apariencia primera; incapaces de traspasar la línea que delimita la cara exterior de los sucesos cotidianos y llegar al fondo que los ha gestado.

Sirva la muerte de Carlos Llamas para lanzar un sonoro ¡SOS! por el periodismo, un ¡SOS! por nosotros mismos y la catadura moral de una sociedad conformista que prefiere apartar la mirada que enfrentarse a cada reto, a cada contradicción, a cada uno de los pilares de la sociedad que corren riesgo de derrumbe si nadie frena la carcoma ética que corroe nuestras entrañas.

lunes, agosto 20, 2007

Desarrollo Sostenible

Utilitario Urbano

Barras y Estrellas

Proteccion Solar Factor Imperial

Lars Von Perez en USAmerica

A punto de regresar de las USAmericas (digo a punto, es decir, todavia no tengo acentos ni enies, se siente) comienza aqui la serie dedicada a esta primera incursion de Lars Von Perez al Imperio de Jordi. Durante los proximos dias, si el animo no falla y el tiempo lo permite, ire dejando algunas de las mejores tomas y visiones de quien esto escribe. God Bless Me.

jueves, julio 19, 2007

La rana que croa

Ahora que por fin se han apagado las taladradoras, ahora que por fin se ha callado el camión que silba su marcha atrás, ahora que por fin descansan los martillos que agujerean mi cerebro, en la hora en que los niños toman la calle y las persianas bajan, ¿es posible que una rana croara? Es posible pero, ¿es posible que la escuchara desde mi ventana? No hay río de agua en mi orilla y tampoco en la de enfrente. Puede que me esté volviendo loco más de un año después del primer agujero, del primer camión que hizo su entrada de culo, del primer piso que cambió su imagen, o es posible que las ranas vengan hipnotizadas por los cantos de sirena de la gran ciudad.

jueves, julio 05, 2007

San Fermín 2007 (El Ruego de Garfi)

Hola a todos. Soy Garfi y vivo en Iruña - Pamplona. Como muchos ya sabéis mañana, día 6 de Julio, comienzan una vez más los Sanfermines en nuestra ciudad. Antes de que la ciudad se ponga más guarra que mi caja de piedras me gustaría que os tomarais unos minutos, segundos acaso, para reflexionar sobre estas fiestas. Como es costumbre en España en ellas se hace uso, y digo bien, uso, de muchos animales para la aparente diversión de los animales de la raza humana. En el caso de Iruña - Pamplona son conocidos sus encierros de toros que cada mañana, entre el 7 y el 14 salen a correr por las calles. No os voy a pedir que dejéis de hacer estas carreras pero pensad un poco en ellos e imaginad cómo se deben sentir rodeados de pronto de una masa de gente enloquecida y teniendo que correr sobre asfalto. Anda, sed majetes y no me seais bestias con ellos y que corran lo más en paz posible. Claro que su carrera tiene una meta de mal augurio y unas horas después cada uno de ellos sufre atónito la rabia del "arte taurino". ¡Mira que sois! Como premio a la carrera una suerte de pinchazos, aguijonazos, descabellos... uf uf... no quiero ni pensarlo. Y todo, ¿para qué? Sí sí, ya sé que no sabríais hacer otra cosa en las tardes de San Fermín pero, anda, echadle un poco de imaginación que seguro que se os ocurre algo más divertido y que deje menos huella de sangre y vísceras... Ay ay, ¡qué mal cuerpo se me está poniendo! Si os sirve de algo yo propongo el campeonato de volley playa con la selección brasileña como invitada (masculina y femenina, para que nadie me maulle)... al fin y al cabo con un poco de arena ya tenéis la playa en la plaza... y un montón de pitones. En fin, ya sé que mis maullidos se perderán en la inmensidad del olvido pero...

martes, junio 05, 2007

¿Hasta cuándo ETA?

¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo nos vas a hacer imposible una vida tranquila en la que no tengamos que temer que en cualquier esquina estalle una bomba? ¿Una bomba nos hará libres? ¿Un militar menos, un político menos, nos hará libres? Puede que tengas razón y que las últimas elecciones no fueran todo lo democráticas que debían serlo pero ¿serán más libres las próximas elecciones con la pistola tras la nuca de muchos votantes? ¿Tienes miedo de no conseguir tus objetivos legítimos a través de la razón? Puedes probar de nuevo a matar porque estoy seguro de que entonces sí, entonces conseguirás vía libre a poner las mugas que quieras en los límites que quieras pero, ¿entonces qué? Entonces te habrás convertido en el más fascista de los presidentes, en el más temible dictador que enarbola su pistola si alguien piensa diferente. Y, ¿qué hacemos con los que nos sentimos ciudadanos del mundo? ¿Con los que nos da lo mismo la ikurriña que la rojigualda y sólo queremos vivir en compañía y crecer con la riqueza de la diversidad? Ten cuidado, somos peligrosos porque la futura Euskalherría política (que cultural ya existe) tendría demasiada diversidad con nosotros. Y para esto se necesita uniformidad.

Gracias por hacernos la vida un poco más difícil. Gracias por tener que decirle a los extranjeros de la España fronteriza con Euskalherría que somos personas "normales" que no vamos por la calle con el fusil en la mano. Bastante tenía yo con explicarles que no hay toros sueltos por las calles de la vieja Iruña como para decirles que a lo mejor reciben la estocada de una bomba.

miércoles, mayo 23, 2007

Sigo sin entender

Esta pasada tarde, camino de mi mina particular, me crucé en menos de cincuenta metros (aproximadamente, que uno es de letras) con dos concentraciones en la calle. En la Plaza del Vinculo de Pamplona me encontré con la escenografía habitual de la derecha más rancia enarbolando banderas de Navarra y de España, sonaba el himno de Navarra por la megafonía (que algunos trataban de cantar chuleta en mano) frente a una pancarta de "Libertad Ya" que pedía que los asesinos de ETA no entraran en las Instituciones. Continué mi camino y me encontré con una concentración frente a la sede del PSN-PSOE de aquellos asesinos de ETA... ups, perdón, el influjo de "Libertad Ya" me ha traicionado el ¿sub?¿in?consciente... de aquellos que quieren poder votar a aquellos que "Libertad Ya" considera asesinos de ETA. En fin, un lío, el caso es que la escenografía era la típica rancia del mundo batasuno de toda la vida, con su cutre-pancarta y sus gritos contra la falta de democracia. El caso es que no entiendo. Unos protestan para que los batasunos no se puedan presentar, otros porque no se pueden presentar los batasunos y por lo tanto votarlos... ¡Qué complicado es todo!

martes, mayo 22, 2007

La maté porque era mía

Solía recibirme al llegar a casa. Me miraba con unos ojos que parecían decirme cuánto me echaba de menos aunque sólo hubiera sido media hora, o incluso cinco minutos. Después daba vueltas a mi alrededor incansablemente como queriendo impedir que me marchara de nuevo, dibujando a mi alrededor una cuerda con la que poder atarme y no dejarme marchar. Otras veces se tumbaba sobre mí, me arropaba en el frío del invierno o compartía conmigo mis ratos de soledad que con ella eran menos solitarios. Hubo una ocasión incluso en que pareció recordarme que el día empezaba al salir el sol por mucho que yo me empeñara en lo contrario, otro en el que me enseñó que la enfermedad necesita reposo y que estamos locos por ir drogados al trabajo. Aprendí tanto con ella, llenó tantos vacíos... No es que ya no la necesitara, no es que ya no me hiciera compañía. Hasta el último momento salió a recibirme al llegar a casa con esos mismos ojos de ansiedad por la ausencia. Pero da lo mismo, al fin y al cabo sólo fue un arrebato. No entiendo por qué me miráis así, no he hecho nada que no tuviera derecho a hacer. Había tenido un mal día y necesitaba desahogarme. ¿Te imaginas de si en vez de tirarla contra la pared y luego cortarle el cuello con el cuchillo de cocina se lo hubiera cortado a la vecina? No seáis hipócritas, anda que no os gusta comer un buen jamón o un solomillo bien jugoso. Además, ¿no están ahí para satisfacernos? ¿No son nuestras mascotas? Así es como ella me hizo el mejor servicio de nuestros cinco años juntos.

Luis Corrales (Presidente de la Plataforma para la Defensa de la Fiesta): La tauromaquia es más que una tradición. Es una actividad viva que ha hecho un alarde de adaptabilidad. No conozco a un solo aficionado que vaya a la plaza a ver sangre. Los animales no tienen derechos, tendrán los derechos que las personas les queramos conferir. A partir de ahí el debate se plantea como una representación del humanismo más genuino en la que el hombre combate la naturaleza para dominarla.

martes, mayo 15, 2007

1 año sin decir NADA

Acabo de caer en la cuenta de que se va a cumplir un año desde que abrí este blog. Los fieles (¿?) habréis caido en la cuenta (ya a estas alturas) de que no le presto demasiada atención y supongo que está bien. Está bien porque todo aquello que yo pueda aportar llega tarde, carece de interés y aporta poco a la humanidad. Está bien porque obligarme a decir cosas que no quiero es pedirle a mis células grises un desgaste innecesario y claro, quizá algún día las necesite de verdad. ¿Para qué? Yo que sé, para contar los fajos de billetes como premio capitalista al esfuerzo dedicado a empeños varios, para contar el número de horas que uno invierte en el váter leyendo Gigantes o la columna de Manuel Vicent en El País. Pero no os preocupéis, no he pensado recapacitar y dedicar mis largas horas de ocio y devaneo a prestarle a este blog la más mínima atención. No es necesario porque ya he escrito durante un año. Poco, lo sé, pero si le pegáis un repaso a lo ya escrito, las preocupaciones, mosqueos y devaneos se parecerán bastante a lo que os pudiera o pudiese contar ahora... Por cierto, ¿por qué me envían correos electrónicos desde una emisora de radio para gays de Argentina? Es decir, ¿cómo llega la dirección de AG Radio (Argentina Gay Radio) a la conclusión de que me resulta de interés recibir boletines de su programación y actividades? Este mundo es muy extraño, que decía un personaje del genio* Lynch.

*genio (aplicado a David Lynch): Dícese de aquella persona capaz de decir algo muy simple de una manera incomprensible para que los sesudos críticos y los más recalcitrantes fans que no entendieron nada en Inland Empire digan que es la polla en verso con rima en la Y.

Agudeza Visual


Ejercicio de agudeza visual. Mire con atención esta invitación a un mitin del PSN-PSOE y adivine dónde se encuentra el error (o no) de esta tarjeta.

domingo, abril 29, 2007

Jazz Gestual


O de cómo hablaban Charlie Parker y Dizzy Gillespie.

martes, abril 17, 2007

En el día después del tiroteo de Virginia...

Viñeta de El Roto publicada el 17 de Abril de 2007 en el periódico "El País".

sábado, abril 14, 2007

En tierra de Santos

De entre las imágenes de Santos, toreros contra el cáncer (¿cuándo se extirpará el suyo?) y un mar de olivos surgió una voz que gritó Hijo de Puta. La puta era Madre, el hijo la Justicia y el balón Dios que se equivocó de templo. 2-1.

martes, marzo 20, 2007

Delirio Foral

Crecido el presidente foral propone ahora "blindar Navarra". Aclaro para ajenos al tema que no se trata de construir un muro como el de Berlín o el de Israel para evitar la entrada de los invasores vascos en Nafarroa sino de llegar a un pacto con el PSN-PSOE para conservar intacto el estatus actual de la Comunidad. Dicho de otra manera, pa entendernos, y en palabras del propio lehendakari foral: Soy consciente de que un pacto así exigiría un reparto de las cuotas de poder, pero es más importante defender Navarra que gobernar en solitario.

Resumiendo: Repartamos el pastel con los socialistas para estar siempre en el poder que para eso tenemos una posición de mayoría absoluta, que es la que respalda al Gobierno de Navarra. Y lo digo también antes de las elecciones y que no se acabe el chollo de cortar el bacalao y meterse alguna monedica en el bolsillo y algún pisico de más.

Si alguna vez Navarra estuvo en peligro (¿?) por una vez estoy de acuerdo con el señor Sanz, nunca estuvo más en peligro que ahora... con él al frente. Es el peligro de los tontos, que cuando se ven rodeados de muchos tontos se piensan que todos lo somos. Y, hombre, un poco sí que lo soy, pero ¡tanto tanto!

jueves, marzo 15, 2007

La navarridad de Navarra

¿A qué se refiere Mariano Rajoy cuando dice Yo no quiero que Navarra deje de ser Navarra? ¿Quién quiere que Navarra deje de ser Navarra? O mejor preguntado, ¿qué es Navarra? Que yo sepa Navarra es una comunidad de las que componen el marco autonómico de España regida legalmente por las normas de la Constitución y del Régimen Foral. ¿Dejaría de ser Navarra por incorporarse a Euskadi? (que es a lo que se refiere el señor Mariano Rajoy). No, Navarra seguiría siendo Navarra porque esta opción está contemplada por la Constitución a través de su Transitoria Cuarta que dice lo siguiente:
  1. En el caso de Navarra, y a efectos de su incorporación al Consejo General Vasco o al régimen autonómico vasco que le sustituya, en lugar de lo que establece el artículo 143 de la Constitución, la iniciativa corresponde al Órgano Foral competente, el cual adoptará su decisión por mayoría de los miembros que lo componen. Para la validez de dicha iniciativa será preciso, además, que la decisión del Órgano Foral competente sea ratificada por referéndum expresamente convocado al efecto, y aprobado por mayoría de los votos válidos emitidos.

  2. Si la iniciativa no prosperase, solamente se podrá reproducir la misma en distinto período del mandato del Organo Foral competente, y en todo caso, cuando haya transcurrido el plazo mínimo que establece el artículo 143.

Estamos, por lo tanto, ante una opción de navarridad más dentro de la legalidad establecida por la Constitución que dicen ahora (ahora) defender.

¿A qué se refiere Mariano Rajoy cuando dice que los ciudadanos navarros siempre han querido ser navarros y españoles. ¿En calidad de qué es portavoz de la voz (¿unitaria?) de los navarros el señor Rajoy?

domingo, marzo 04, 2007

Cara al sol... (II)

... se está muy agustito. Pero claro, entre los riesgos de mirar de cara al sol está el de quedarse ciego. Que es lo que les ha debido pasar al ¡¡¡ 34% !!! de españoles que según el panfleto del conspirador PedroJota, el autodenominado Diario "El Mundo", no creen que De Juana Chaos estuviera en huelga de hambre... tal y como demuestra la foto. Si es que el Photochop es lo que tiene.

sábado, marzo 03, 2007

Cara al sol...

... se está muy agustito. Aunque claro, depende de por donde salga y de si hace frío o calor. Algunos, adaptados de antemano al cambio climático, viven permanente en el verano de sus cuerpos y tratan de transmitirnos su calor por lo civil o lo militar. Viven una constante menopausia que les produce calentones e irritación. Necesitan compartirlo.

La prisión atenuada a De Juana Chaos ha vuelto a sacar a la calle a miles de personas. Ayer mismo se concentraban en el Ayuntamiento de Iruña - Pamplona primero y después, algunos de ellos, se trasladaron frente a la sede del Partido Socialista de Navarra en el Paseo de Sarasate. ¿Qué hacía la alcaldesa Barcina y algunos de sus compañeros de partido concentrados? ¿Contra qué? ¿Contra el cumplimiento de la legalidad?

Salvo el ciudadano que tiene tiempo o ganas de informarse en profundidad de los temas de actualidad la mayoría está expuesta constantemente al simplista ejercicio de la información de titulares. Una fórmula que consiste en el reduccionismo a una única frase de la compleja realidad que hay detrás de cada información. Y como la fórmula funciona con cambiar unas cuantas comas el efecto es máximo. Y quien dice comas dice unas cuantas palabras y verbos, y lo que es un cumplimiento legal de una condena por "exaltación del terrorismo" (cuya legalidad de fondo está muy en entredicho) se convierte en "libertad para el asesino De Juana Chaos".

Jode, y mucho, que el asesino de más de veinte personas salga a la calle. Pero, ni De Juana está en libertad ni su condena actual es por los asesinatos cometidos. Se hubo de acudir a un supuesto delito de "exaltación del terrorismo" (¡¡96 años pedía la AVT-PP!!) para tratar de prolongar su cautiverio (legalmente cumplido). Si queremos que el asesino de más de veinte personas no salga a la calle habrá que cambiar la ley pero, mientras tanto, la ley es igual para todos, guste o no. Y en el momento en el que un Estado se salta la ley para perjudicar a un preso en particular el Estado se pervierte y el Sistema se traiciona y, por lo tanto, la ley se va al limbo y el ciudadano se encuentra desamparado.

Hubo tiempos en que el Estado se saltaba la ley por decreto. O mejor dicho, en los que la ley se saltaba el Estado de Derecho para imponerse por los santos cojones de la ideología al personal. Esos tiempos eran los que ahora añoran quienes salen a la calle con banderas franquistas, corean el "Cara al Sol", o directamente dibujan "Viva Franco".

martes, febrero 20, 2007

Operación bikini

Después de mucho pensar (es un decir) he caído en la cuenta de que no es una cuestión de inercia. Me refiero a la extraña costumbre extendida en nuestra sociedad durante este Invierno (nombre técnico del periodo de meses comprendido entre diciembre y marzo) de mantener la calefacción no sólo encendida sino a gran temperatura. Una costumbre que no es monopolio de empresas y comercios sino que se practica con profusión en casas particulares, especialmente en aquellas con calefacción central.

No puede ser por inercia porque nadie, con razonable salud, puede llegar a sentir frío en días con termómetros en torno a los 20 grados centígrados. Y no será por la complejidad en el encendido y apagado de los aparatos (On - Off). Por eso he llegado a la conclusión de que esta tortura de calor, que se suma al regalo climático que nos hemos hecho vía madre naturaleza, tiene como único fin y objetivo el bien común del adelgazamiento.

Sí amigos, el efecto solidario que llevó a miles de ciudadanos a apagar la electricidad hace unas semanas para protestar, aparentemente, contra nuestro propio comportamiento ecológico, es el que ha llevado a esta campaña generalizada de adelgazamiento mediante el uso de saunas colectivas. Puede que resulte contradictorio, lo sé, pero la clave de este movimiento no era la ecología, como pareció entenderse, sino la extensión de la SOLIDARIDAD entre seres humanos. Se procura con ello compartir experiencias, ya sea un apagón colectivo, ya sea una sudada general.

Llegará el Verano (periodo no sólo técnico sino climático) y surgirá de nuevo un movimiento espontáneo que enfriará los ánimos del personal con el frío helador de miles de aparatos de aire acondicionado. Y entonces la SOLIDARIDAD tendrá como único fin la conservación de nuestras esbeltas figuras modeladas en invierno.

miércoles, febrero 07, 2007

Resurrección por aclamación

¡Dios mio! No había pensado en un posible cierre de este blog por inactividad. Pero dada la masiva afluencia de visitantes y sobre todo la alta demanda de mis lectores para que continúe con mi indispensable labor como letrista de lo cotidiano resucito, hoy de modo simbólico, este micro-rincón de la red.

Lo sé, son tantas las cosas que han sucedido en este tiempo de inactividad que no sabría por dónde empezar. Por eso quizá no empezaré por ningún lado y me dedicaré a divagar sin sentido hasta que el sueño me venza y me largue al sobre... zzzzzzz

Vale, vale. Sólo una reflexión-pregunta para empezar. ¿En qué tipo de casa vivo para que un póster de La Novia Cadáver de Tim Burton embellezca las paredes (o mejor dicho, las oculte y la cosa gane)?

Por último, y esta va para incondicionales, ¿qué tipo de Banda de Música que ofrece conciertos de música contemporánea, monográficos de autores respetados (quizá no tan respetables) y de vez en cuando sale a la calle aspira a sonar en los bares? Es decir, y esto va para no tan incondicionales (en singular, en realidad), ¿para qué graba una banda, que no vive de las ventas de discos, tres discos consecutivos de música pachanguerofestiva? La respuesta a mi izquierda: para sonar en los bares. Lo malo es que no lo decía en broma.

sábado, enero 06, 2007

Patrimonio

Decía el arzobispo Sebastián esta mañana que no se puede concebir la vida al margen de Jesús porque significaría una vida sin Amor, una vida sin Solidaridad, etc. No es nuevo este discurso por parte de la Iglesia Católica pero no por ello resulta menos significativo de la patrimonialización que ésta hace de sentimientos, acciones, gestos que son humanos. Convendría que la Iglesia no olvidara que el Amor, la Solidaridad, se practican a partir de motivaciones muy diferentes, tantas como personas. En muchos casos, incluso, la Solidaridad o el Amor surgen como reacción a acciones de la propia Iglesia Católica, que dice hablar en nombre de Jesús.

Es muy libre la Iglesia y sus feligreses de atribuir a una deidad la fuente de sus actos, pero permítasenos a los demás, a quienes no pertenecemos a ella, defender nuestro derecho al Amor (en el más amplio sentido de la palabra) o a la Solidaridad a partir de nuestra condición de animales humanos.

Habla también Sebastián de que la tierra está dividida entre los que están con Jesús y los que no. Dicho de otra manera, entre los que tienen razón y los que no. Su belicosa división del mundo subrayaba como islámico el terrorismo islamista (¿perversión lingüística o lapsus lingüe?).

No se debe dialogar con terroristas ni mucho menos hacer concesiones territoriales, subrayó enfáticamente. Sobrevolaba la gaviota la Seo pamplonesa. ¿Qué debe hacer entonces el Estado de Derecho con sus hermanos pecadores? El diálogo nunca ha sido el fuerte de la Iglesia Católica y la añoranza de los tiempos del palio su impulso político. Porque política se hace y mucha en los púlpitos españoles. Por cierto, ¿a qué concesiones territoriales se refería Don Fernando?

Homo Urbanus

Del economista USAmericano Jeremy Rifkin y publicado en diversos periódicos como Clarín (Argentina) o El País (España):

El año próximo marca un gran hito en la historia de la saga humana. Por primera vez en la historia, según las Naciones Unidas, la mayoría de los seres humanos estará viviendo en vastas zonas urbanas —muchos de ellos en megaciudades y extensiones suburbanas— con poblaciones de 10 millones de habitantes o más. Nos hemos convertido en "Homo Urbanus".


La existencia de millones de personas apiñadas y apiladas en gigantescos centros urbanos es un fenómeno nuevo. Recordemos que hace 200 años, la persona promedio que habitaba la Tierra quizá habría conocido a otras 200 ó 300 en toda su vida. Hoy, un habitante de Nueva York puede vivir y trabajar entre 220.000 personas en un radio de diez minutos de su casa u oficina en el centro de Manhattan.

Sólo una ciudad en toda la historia —la antigua Roma— albergó una población de más de un millón de habitantes antes del siglo XIX. Londres se convirtió en la primera ciudad moderna con una población que superaba el millón en el año 1820. En 1900, había once ciudades con poblaciones que superaran el millón de habitantes; en 1950, 75 ciudades; en 1976, 191 zonas urbanas con más de un millón de personas. Hoy, más de 414 ciudades ostentan poblaciones de un millón o más habitantes y el fin del proceso de urbanización no está a la vista porque nuestra especie crece a un ritmo alarmante.

Mientras la raza humana tuvo que depender del flujo solar, los vientos, las corrientes y la energía animal y humana para vivir, la población humana permaneció relativamente baja para adaptarse a la capacidad de conducción de la naturaleza —la capacidad de la biosfera para reciclar los desechos y reponer los recursos—.

El punto de inflexión fue la exhumación de grandes cantidades de sol almacenado bajo la superficie de la tierra, primero en forma de depósitos de carbón, luego de petróleo y gas natural. Utilizados por la máquina de vapor y luego por el motor de combustión interna, convertidos en electricidad y distribuidos por líneas de transmisión eléctrica, los combustibles fósiles permitieron a la humanidad crear nuevas tecnologías que aumentaron drásticamente la producción de alimentos, bienes manufacturados y servicios. Este aumento sin precedentes en la productividad llevó al crecimiento masivo de la población humana y a la urbanización del mundo.

Es necesario destacar que nuestra floreciente población y nuestro modo de vida urbano han sido adquiridos a costa de la desaparición de grandes ecosistemas y hábitat de la tierra.

La realidad es que las grandes poblaciones que viven en megaciudades consumen enormes cantidades de energía de la tierra para mantener sus infraestructuras y el flujo diario de actividad humana. Para colocar esto en perspectiva, la Torre Sears, uno de los rascacielos más altos del mundo, usa más electricidad en un solo día que toda la ciudad de Rockford, Illinois, con sus 152.000 habitantes.

La otra cara de la urbanización es lo que dejamos atrás en nuestra marcha hacia un mundo de edificios de oficinas de cien pisos y viviendas de gran altura, y un paisaje de vidrio, cemento, luz artificial e interconectividad electrónica. No es accidental que, mientras festejamos la urbanización del mundo, nos estemos acercando a otra divisoria de aguas histórica, la desaparición de las zonas salvajes. El aumento de la población y del consumo de alimentos, agua y materiales de construcción, la expansión del transporte vial o ferroviario y el crecimiento urbano siguen avanzando sobre lo que queda del mundo salvaje, llevándolo a la extinción.

Nuestros científicos nos dicen que, en el transcurso de la vida de los niños de hoy, el mundo salvaje desaparecerá de la faz de la tierra tras millones de años de existencia. La Autopista Transamazónica, que atraviesa toda la extensión de la selva del Amazonas, está acelerando la destrucción del último gran hábitat salvaje. Otras regiones salvajes, desde Borneo a la Cuenca del Congo, se reducen rápidamente con cada día que pasa, abriendo paso a crecientes poblaciones humanas que buscan espacios y recursos para vivir. No es de extrañarse que, según el biólogo de Harvard E. O. Wilson, estemos experimentando la mayor ola de extinción masiva de especies animales en 65 millones de años.

Actualmente, perdemos de 50 a 150 especies por día debido a la extinción, o sea entre 18.000 y 55.000 especies por año. Para 2100, probablemente estarán extintos dos tercios de las restantes especies de la tierra.

¿En qué situación nos coloca esto? Tratemos de imaginar mil ciudades de casi un millón de habitantes o más en 35 años contados a partir de ahora. No quiero ser un aguafiestas, pero quizá la conmemoración de la urbanización de la raza humana en 2007 sea la oportunidad de repensar la forma en que vivimos sobre este planeta.

Sin duda, hay mucho que festejar en la vida urbana. Pero la cuestión es de magnitud y escala. Debemos analizar cómo reducir mejor nuestra población y desarrollar ambientes urbanos sustentables que usen la energía y los recursos de manera más eficaz y sean menos contaminantes y mejor diseñados para promover condiciones de vida de escala humana.

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