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lunes, agosto 25, 2008

Post Data Olímpica III: Resaca

Un par de jugaditas de Rudy Fernández para el recuerdo:


Lo que ellos llaman "in your face"

Baile de salón

Y ahora, señoras y señores... ¡vamos con una ración doble de pasos de salida!:

Atención a la reacción del banquillo español ante los pasos de salida de Kobe Bryant (y de paso la perfecta posición del árbitro que... ups, no he visto nada)

Y ahora una de recibo el balón y me pongo a caminar by Lebron James

A falta de encontrar imágenes de la casita que Howard se construyó en la zona de España (lo que se conoce como tres segundos en la zona) esto es todo por ahora.

domingo, agosto 24, 2008

Post Data Olímpica II: Crónica

Así finaliza Quique Peinado (ex de la revista Gigantes del Basket) la crónica del partidazo en la edición online del diario Marca:

P.D.: No merece la pena manchar esta crónica hablando de los árbitros. Cortesanos, corruptos, sumisos. Sabían que eran pasos de salida y no los pitaban. Pero, para cerrar su propia ignominia, despidieron el partido con dos técnicas a España.

Artículo completo, mientras no cambien el link:
http://jjoo.marca.com/2008/2008/08/24/baloncesto/1219566575.html

Post Data Olímpica: ¡¡¡¡ PASOS !!!!

Fueron tantos los pasos de los yankees que terminaron por llegar a la costa de China. Esta imagen está tomada justo después de la final de los Juegos en una remota playa asiática donde encontraron a unos cuantos jugadores USAmericanos perdidos. Bueno... ellos y los árbitros de la manita.

¡Gracias campeones!

¡Qué grandes! Gracias por hacer de un madrugón de domingo un día inolvidable. Sois la leche. No se me ocurre cómo describir el partido que habéis hecho y lo que han tenido que sufrir estos tíos para ganaros. El día en que los árbitros piten para todos igual quizá incluso les ganemos. Pero mientras tanto seguiremos disfrutando con la mejor selección posible, con vuestra capacidad de lucha y vuestras genialidades. Gracias y ¡¡¡ENHORABUENA!!

viernes, agosto 22, 2008

Apuntes de basket olímpico


Varios apuntes tras el maratón de semifinales de basket de los Juegos Olímpicos:

- ¡Vaya añitos que estamos disfrutando los aficionados con los Gasol, Navarro, Rudy, Jiménez and company! Llegar en tres años a la final de un Mundial, un Europeo y unos Juegos Olímpicos está al alcance de muy poquitos. Otra cosa es que en el momento se reconozca (que algunos sí lo hacemos) porque algunos se pensaban que el resto del mundo jugaba a otra cosa. Ah, y hablo de los últimos tres años por no ponerme a mirar más atrás al bronce en el Europeo de Turquía o la plata en el de Suecia.

- Aíto, te quiero y "odio" a partes iguales. Pero lo de esa defensa en zona frente a Lituania no tiene nombre. ¡¡Romperle los esquemas a la selección que mejor te tira de tres con una defensa zonal!! Lo dicho, sin palabras.

- De acuerdo, son favoritos. Todo lo que no sea oro de USAmérica en la final sería una sorpresa. Pero aparte de por su espectacularidad y físico el juego de los yankees sigue lejos del glamour de aquel equipo de Barcelona 92.

- Una petición: aunque sería mucho pedir que el último día de competición a Estados Unidos les piten los pasos de salida (que ya es ironía que contra Grecia y contra Argentina los primeros pasos del partido pitados sean los de los equipos FIBA) no estaría de más que todos jueguen con las mismas normas. Que sí, que ya sé que asustan por su físico, pero si hay que denunciarlos en comisaría se les denuncia y punto.

- Carmelo, tu estupidez está a la altura de tu nivel como jugador. Tú mismo.

- Y el domingo café, cereales o lo que haga falta y a levantarse. Además, ahora que lo pienso, ¿no era el séptimo día cuando descansó? Pues como los yankees son God, a ver si suena la flauta.

jueves, agosto 21, 2008

Reflexión sobre el dolor nacional

No voy a descubrir a estas alturas mi aversión a los sentimientos de patria o raza, de pertenencia a una comunidad definida por sus rasgos faciales o incluida en un mismo espacio físico determinado como estado o nación. Resulta excluyente del otro, exacerba lo propio en detrimento de lo ajeno, jalea la presunta definición de lo propio como un motivo de orgullo comparativo. Dicho lo cual me resulta completamente estúpida la forzada cadena de pésames y condolencias con motivo del accidente aéreo en el aeropuerto de Barajas. Es muy probable que esa afección no sea más que el resultado de ese "ponerse en el papel del otro", es decir, no sentimos verdadera pena por el sufrimiento ajeno tanto como por la posibilidad de vernos en situación semejante.

El accidente se produjo en Madrid y, como capital de España, debe despertar en todos y cada uno de los habitantes del espacio común compartido y así denominado una sensación de unidad ante el dolor, debemos compartirlo como buenos compatriotas (aunque algunos directamente no lo fueran). Si el accidente se hubiera producido en Burdeos (por poner un ejemplo geográficamente cercano) las condolencias y el dolor serían accesorios, desde luego no obligados por la condición, en este supuesto caso, de patria ajena.

¿Qué sentido tiene, por ejemplo, que los deportistas que compiten con bandera española en los Juegos Olímpicos deban mostrar su dolor y solidaridad con los familiares y allegados de las víctimas y que, además, sean obligados a expresarse de manera compungida? ¿Qué pasaría si uno de ellos dijera que vale, que muy bien, que una putada pero que a él no le ha tocado y que todos los días muere gente por razones absurdas en el mundo y que no por ello tiene que alterar su estado de ánimo? Pero claro, son representantes de una nación en lucha con otras naciones y por lo tanto representantes de ellas (aunque tiendo a pensar más bien - y con mayor sentido en todo caso - que se representan a sí mismos, a sus egos).

Los estados necesitan generar sentimientos colectivos. Necesitamos cohesionar al rebaño y descartar la diferencia y, en este caso, la indiferencia. Así que, ¡vaya hijos de puta insensibles los del COI! No nos dejan mostrar nuestro dolor en Pekín, nuestro sentimiento de patria a media asta. Aunque eso no nos impedirá celebrar los oros, las platas y los bronces sobre el precio de los derechos humanos de muchos chinos (y tibetanos, ok) represaliados. Aunque, por qué no decirlo, nos importa una mierda si podemos dedicar nuestras medallas a los muertos en Barajas.

miércoles, agosto 20, 2008

Pensar

Cuanto más tiempo dedica uno a pensar qué hacer menos cosas hace. Ergo se podría deducir que quien menos piensa qué hacer más cosas hace. Lo cual sería un error porque los hay que lo único que hacen con no pensar es no hacer. Aunque tampoco por ello podríamos deducir que no hacer es un error. A veces no hacer es lo mejor que se puede hacer. Y eso es lo que he hecho después de pensar qué hacer: no hacer nada. Y ahí ya no sé si eso es bueno o malo. Mañana lo pensaré.

lunes, agosto 04, 2008

Una cabezada

Es lo que tiene la televisión. Que incluso apagada atonta.

sábado, agosto 02, 2008

¿Por qué me he levantado a las ocho?

Al despertarme he vuelto a caer en la cuenta de que no tengo nada que hacer, que estoy de vacaciones. Por hacer se pueden hacer muchas cosas pero una cosa es que estés obligado a hacerlas y otra que uno pueda decidir libremente qué hacer o qué no hacer. Hoy tomo yo las decisiones. La primera, absolutamente incomprensible, es haber puesto el despertador a las ocho de la mañana. Esa decisión no corresponde al ámbito del hoy, sino del ayer, pero tiene consecuencias hoy. ¿Por qué demonios he decidido despertarme a la misma hora a la que lo he hecho de lunes a viernes? Sobre mi conciencia siempre ha pesado esa (fatal) idea de que amanecer temprano te ayuda a aprovechar el día y que, de lo contrario, te arrepentirás de haberlo perdido. Pero, ¿perder qué? Que yo recuerde (y tengo muy mala memoria, por lo general) casi nunca he tenido un día inolvidable aprovechado desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche. Normalmente los hechos inolvidables duran segundos, minutos como mucho. El éxtasis del placer es, casi por definición, breve y fugaz. Por algo se cotiza como se cotiza. Si el placer fuera perdurable, tántrico, no estaríamos la mayor parte del tiempo quejándonos de nuestras vidas y sí dedicándonos a los placeres prolongados. Sin embargo son tan breves que apenas compensan las penurias atravesadas hasta llegar a ellos. Por eso muchos ya ni se molestan en follar al final del día. Están tan hechos polvo por la sufriente jornada que unos segundos de (posible) placer no compensan el esfuerzo de ponerse a ello.

Alguno pensará que mi problema es que pienso únicamente en el placer. Claro que los hay que entienden nuestro paso por este mundo como un camino de sufrimiento que se verá redimido en una eternidad gloriosa y paradisíaca. Como yo me proclamo enemigo del más allá prefiero centrar mis esfuerzos en el más acá y sufrir lo menos posible. Pero he llegado a la conclusión de que la búsqueda del placer (ergo quizá de la felicidad) en este mundo conlleva una infelicidad mayor que la de aquellos que asumen este valle de lágrimas o de los que ni siquiera entienden qué significa la palabra felicidad. Porque se llega a obsesionar uno de tal manera que los momentos placenteros terminan siendo tristes reflejos de lo que podrían ser. ¿Por qué? Porque mientras son sólo piensas en que dejarán de ser y en cuándo volverás a vivirlo de nuevo. Conclusión: en mí no existe el presente, sólo la obsesión por un futuro deseado que se desvanece al hacerse presente. Por ejemplo, cuando consigo ver a mi pareja, que lleva tres años lejos de casa buscándose a sí misma (dice), sólo puedo pensar en cuándo volveré a verla en vez de disfrutar del hecho de verla por el que estuve suspirando durante tanto tiempo. ¿Me entienden? Es como si al comer un helado delicioso el paladar se pusiera a llorar porque no sabe cuándo volverá a lamer uno igual. ¡Dichoso futuro! Si viviera más el presente. Al menos el presente es seguro, existe porque estoy en él. ¿Por qué dedico tantas horas al futuro cuándo ni siquiera sé si me tiene reservada plaza?

Hoy me he levantado a las ocho de la mañana. Todavía no sé muy bien para qué porque ahora es mediodía y ya no sé qué coño hacer todo el día. Sí, ya sé que en la vida se pueden hacer muchas cosas pero mi cerebro no ha sido educado para la posibilidad de disfrutar de todas ellas un día sí y otro también. ¿Hubiera pasado algo si me hubiera quedado en la cama hasta las doce? ¿Qué gran posibilidad hubiera perdido por ello? Si me hubiera levantado a las doce hubiera tenido muchos más sueños que los que he tenido. Además, los que se tienen durante el sueño extra son flipantes. Por lo general son terribles pero algunos pagan por ver eso en el cine o jugar a eso con un videojuego. Así que hubiera sido todo mucho más emocionante.

¿Qué es mejor en verano, el látex o el viscolátex? Tengo un colchón que, como las monedas, tiene cara y cruz. Como sudo como un cerdo por las noches me he puesto a buscar en Google qué lado del colchón es mejor para el verano y cuál para el invierno. En realidad esta duda es una gilipollez porque la respuesta no está en la red, la respuesta está en darle la vuelta al colchón y probar. Que sudo más, vuelta otra vez, que sudo menos, pues ya está, solucionado. Le pongo un papelito al colchón por cada lado y listo. Tú invierno y tú verano. Pues en esas estoy. Me da tanta pereza darle la vuelta al colchón yo sólo que prefiero navegar por la red y buscarlo. Es increíble la cantidad de gente que ha dedicado su tiempo ha escribir sobre las bondades de látex y del viscolátex. ¿Puede haber algo más aburrido? (aparte de un tipo que se lo está leyendo para buscar la solución en vez de darle de una vez la vuelta al colchón y punto).

Lo primero que he hecho al levantarme ha sido ventilar la casa. Esa es una buena razón para levantarse temprano en verano. Si ventilas a las diez corres riesgo de desertificación del hogar. Así que al menos a las ocho te aseguras que el viento fresco te seque el sudor de la noche (¿será por el viscolátex o será por el látex?). Lo malo del verano en mi casa es que el fresquito no dura porque aunque cierre las persianas se va recalentando hasta que casi es mejor salir a la calle. Y no, no tengo aire acondicionado, que dicen que es malo para el planeta y me seca la garganta. Aunque la verdad, para lo que utilizo la voz. Como no hable con las paredes no sé a quién le va a importar que tenga la voz ronca. Por lo menos la conservo en condiciones para pedir la prensa cada mañana. Aunque tampoco me hace falta, al fin y al cabo me la guardan y compro cada día los mismos periódicos. Por cierto, acabo de leerlos. ¿Por qué leo cada día la prensa? Acabo siempre con una sensación angustiosa que me obliga a levantar la persiana para mirar si fuera las cosas siguen en su sitio. Y mira que han caído torres pero en mi calle lo único que cae ahora es el fuego abrasador del sol. No pasa nada, ni siquiera los gatos callejeros se asoman a estas horas. Seguro que están durmiendo sin despertador.

Podría irme de viaje pero me da una pereza enorme. La última vez que cogí un autobús (no tengo coche, no tengo carné) para irme de vacaciones (sólo, mi pareja entonces empezó a buscarse) me tocó una enorme señora a mi lado que subió con una bolsa (también enorme) de frutas y verduras. Aquello fue como los cerdos que van al matadero, aplastado contra el cristal y sin posibilidad de movimiento. Además la señora se quedó dormida en cuanto el autobús comenzó a moverse. Siete horas oliendo a huerta chamuscada (el sol caía expresamente sobre la bolsa de la señora) y sin poder mover un músculo. Menos mal que el cuerpo se defiende y que mi culo fue cambiando de posición cada poco. No es que yo lo moviera a conciencia, era imposible por espacio, pero me han contado que el culo es así, inquieto por naturaleza y que al moverse, a milímetros, evita males mayores, heridas por atrofia. Cuando llegamos al destino le pregunté a la señora si podía darme un poco de su parrillada de verduras. Me miró con mala cara. Y salimos todos del autobús. Me hubiera gustado que el destino fuera un matadero, al fin y al cabo había mucho cerdo ahí dentro. Fui consciente al respirar en el exterior.

En fin, que no me apetece perder mis vacaciones de viaje por ahí. Y más ahora que está todo infestado de gente y que donde más tranquilo se puede estar es en la ciudad abandonada. Pero, lo que no termino de tener muy claro es por qué me he levantado a las ocho de la mañana. ¡Con la de horas que quedan para volver a la cama! De momento le daré la vuelta al colchón. Y luego ya veremos.

© Carlos Pérez Cruz

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