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martes, octubre 29, 2013

Sheila Blanco, corazón negro.



Los separa, entona y no hay duda: su corazón tiene que ser como el abismo que se abre entre sus labios. Sabe vocalizar, ¡qué duda cabe!, pero lo más importante de Sheila Blanco no es lo que sabe ni el nítido perfil de cada sílaba. Lo importante, lo más hermoso, es que ese abismo bombea sin cesar. Eso sí, si ella fuera coro de ópera, no haría falta luminoso para descifrar las letras. Se le trasparentan las palabras.

Sheila Blanco es transparente Su pasión no sabe jugar al escondite. No puede ocultarse bajo el velo actoral que usa todo cantante. Actúa, claro, pero aunque tenga que defender una emoción y al minuto siguiente la contraria, no hay truco: detrás del velo es ella. Ni se percibe, es el brillo de su belleza natural. Sheila Blanco es auténtica.

Sheila Blanco es universal porque a su pasión le queda pequeña una casa. Ella canta y le llena de blues las venas al mundo, “es lo que hay”. Cambió las palabras del periodismo por letras de canciones y se dejó caer en los inhóspitos brazos de la música. Pura enajenación mental. Tranquiliza saber que no es transitoria. Sheila ha venido para quedarse. Lo suyo no tiene solución porque “es la conciencia llamando a tu puerta” la que le dijo: Sheila, “que tienes que crear, que has de aprovechar lo bien que se te da”. Y quien habla con su conciencia está perdido, through the light in the night.

“Qui-chí qui-chí qui-chí qui-chá”, gotas de notas le bailaban en la lengua. Sheila las abrazó en el albornoz de esa ‘Chica Blues’ de corazón negro y piel nieve. Cazadora blanca de historias, corazón negro capaz de bailar un tango. ¡Ah, ladrona!, cómo sabes dejarnos locos de atar.

Loco: Carlos Pérez Cruz

lunes, octubre 21, 2013

Autumn leaves

Como hojas de otoño, las noticias caen y después el viento del norte las arrastra hasta que el manto blanco del olvido las sepulta. Antes de que esto suceda, cantemos todos juntos el clásico de Prévert y Kosma.

"The falling leaves drift by my window…" Cayó el Festival de Jazz de Madrid. ¿Número de ediciones? Ni se sabe con certeza, signo de que su trayecto ha sido convulso. Se podría componer un Réquiem in memoriam de años mejores. Miles estuvo allí, sí, pero que semejantes ejercicios de nostalgia no oculten el accelerando hacia la precarización de un festival que mezcló desidia institucional con malos hábitos y vicios privados de gestión. Sí, una ciudad que pierde un festival de jazz es una ciudad herida pero ésta ya estaba abierta y gangrenaba.

"The falling leaves of red and gold…"... Se llama Leonora Dibrani y es una niña de 15 años que llevaba casi cuatro escolarizada en Francia. El gobierno francés de Hollande, que se dice socialista (pero más bien es racista), ha ejecutado su expulsión de Francia en estricta aplicación de las leyes de inmigración. Iba de excursión con sus compañeros de colegio y la policía se la llevó y la mandó a ella y a su familia a Kosovo (a pesar de que hace cerca de 40 años que el único kosovar de la familia salió de allí; Leonora nació en Italia). Como quien devuelve un paquete de Correos con la dirección equivocada, si bien la paquetería suele circular con mayor libertad. En la cúspide política de Interior hay un señorito nacido en Barcelona que se llama Manuel Valls y desenfunda con tanta desFachatez que pareciera lepeniano. La policía, claro, cumplía órdenes –-el leitmotiv de los cobardes-. Espero que ideólogos y ejecutantes compartan pesadillas hasta el final de sus días. Pero de buen rollo, ¿eh? Todo porque Vijay Iyer firme un nuevo proyecto junto a Mike Ladd. Después de los veteranos de guerra, turno para The Racists´ Dreams Project.

domingo, octubre 20, 2013

Selva de Mar - "Distrails"



Selva de Mar. Imagínenla. Cierren los ojos y caminen o naveguen por ella. ¿Cómo es una selva de mar? No lo sé pero, ¿a que suena bien? El mar inspira, la selva respira. Todos llevamos una y por ella suspiramos. ¿Cómo encontrarla? Indispensable la paz interior o, al menos, la voluntad de pacificar el alma. Respirar la selva e inspirar(se en) el mar, imponerse con gesto sereno a la hostilidad del mundo exterior y salir a caminar guiados por los sentidos. Con paso firme, pero pausado, hacia una selva de mar. 

Selva de Mar. ¡Gran nombre! Pronúncienlo. ¿A que es puro deleite? Detrás de tan evocadora puesta en escena hay un compromiso indudable con la belleza que se desparrama en música, que riega el cerebro con el filtro del alma. Belleza que parece estática y que, sin embargo, se mueve, viaja, muta en sus texturas y formas como lo hace el cielo cada vez que un avión lo atraviesa, rompiendo nubes, dibujando curvas en el tapiz azul celeste. Música que celebra y se celebra con los oídos abiertos como poros tras un baño de vapor. Música que inunda el espacio, que lo llena de suaves reverberaciones para redibujarlo, para alisar las aristas y hacer respirable lo irrespirable. Una selva que grita a pleno pulmón y, sin embargo, parece susurrada por olas que no rompen rotundas sino que se deshacen en mil pequeñas caricias. Una selva a la que el mar entra templando una fría noche de invierno. Shhhhhh, la espuma de las olas. Ábrete de orejas y escucha.

Selva de Mar. Dos que son un coro de texturas y timbres, melodías y sinfonías con percusión, hang y chelo. Dos que son sinfónica con la ayuda amiga de voces, fagot, batería y electrónicas. Dos que son 133, un orfeón de individuos con el buen gusto de invertir como pequeños mecenas en una gran idea y en sí mismos, conscientes de que su dinero siembra un terreno musical de ensueño: la Selva de Mar.

© Carlos Pérez Cruz

Nota: este texto le fue solicitado al autor por el grupo y forma parte del dossier promocional del proyecto Distrails publicado en Whatabout Music.

Selva de Mar
Pablo Wayne : hang, percusión
Sasha Agranov: cello
músicos invitados:
Mû (voz, Guinea Bisau)
Stephanie Pan (voz, U.S.A- Holanda)
Eyal Street (fagot, Israel)
Oriol Roca ( bateria, Cat.)
Dave Bianchi (voz, letra, U.S.A)

  

miércoles, octubre 09, 2013

Piando sobre la cultura

Serie de tuits publicados en mi cuenta @clubdejazzradio y publicados aquí cronológicamente del último al primero.


¡Salven la cultura! ¿Dónde, si no, podremos lucir nuestras mejores galas?

Los medios suelen dedicar tiempo a la cultura los viernes. Es decir, la cultura convertida en ocio. ¿No cabe la cultura entre semana?

La buena cultura no nos hace necesariamente "mejores" pero sí nos da más argumentos, permite comprender y comprendernos. ¿A que da miedo?

No existe la cultura "para todos los públicos". Esa expresión simplemente expresa inocuidad, falta de aristas, conformismo.

"Es que el cine español...". Oíga, ¡que eso no existe! El origen identitario compartido no es una 'marca' que imprima indefectiblemente.

El voluntarismo en la difusión de la cultura es loable pero choca con el muro de la acrítica y el conformismo. Afinen sus sentidos.

Para muchos músicos, el buen crítico es el que sirve a sus fines promocionales. El que expresa peros es un indocumentado, no tiene ni idea.

No sólo el crítico ha de ser exigente con el artista, también a la inversa. Los panfletos publicitarios son eso, aunque nos vengan bien. 

El jazz flamenco se ha convertido, en muchos casos, en mera fórmula. Y como tal sólo hay que calcar ingredientes. Algunos luego la especian.

Cultura y folclorismo no son necesariamente sinónimos. 

El paternalismo cultural de los medios de comunicación es enternecedor. "Es que mi audiencia...". No, tu audiencia no, ¡TÚ!

La falta de sentido crítico es atroz en España. ¡Ojo! Sentido crítico no es sinónimo de insulto y desprecio. En eso somos desbordantes.

El nivel creativo de un país depende no sólo del ingenio del artista, también de lo que fomenta el entorno. Miren a su alrededor. 

Todavía escucho quien habla de que los aplausos son el alimento del artista. Reflejo de la concepción simpatiquista de la cultura en España.

En España la cultura es espectáculo y como tal se conciben y gestionan los festivales. Preferimos los fuegos artificiales al goteo que riega 

Que festivales caigan o se mantengan no es lo importante; lo son sus criterios, su manejo de los presupuestos, la dignidad en el trato... 

Sí, Miles Davis estaba muy bien y quien lo vio en España llora al recordalo pero, señores, el mundo ha seguido girando y el #jazz también. 

¿Por qué tanto papanatismo y genuflexión en los festivales españoles con el #jazz USAmericano? Festivales sin personalidad, predecibles.
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