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jueves, septiembre 15, 2016

Proyecto OCNOS - "Espadaña" en el Festival de Música Contemporánea de Navarra (NAK 2016)


Pamplona es tierra dura, tan autocomplaciente con su tradicionalismo como hostil a lo contemporáneo. Saca pecho y marca paquete, pero se desinfla a nada que uno vea mundo. Se vive bien, se come bien, pero se escucha poco y mal. Hace ya muchos años que el oxígeno me llega de otras latitudes. Como en todo, hay excepciones. Honrosas y laboriosas excepciones. Inconscientes que tratan de despertar(nos) la conciencia del mundo a través del arte.

Anoche se produjo un pequeño milagro, una de esos preciosos pellizcos al letargo: el Festival de Música de Contemporánea de Navarra, NAK, que desarrolla en estos días su voluntariosa segunda edición, se trajo de Sevilla al Proyecto OCNOS. Tres creadores en escena, un puñado de espectadores en la grada. Como fuente de inspiración, la Guerra Civil Española. Sí, otra película sobre la Guerra Civil. Sólo que ésta discurre en los oídos, la trama es la reflexión íntima a la que invita la música. Una película sensorial cuyo guión firman jóvenes compositores españoles, a los que la incultura sepulta en el más absoluto anonimato, y a cuyos personajes y escenarios dan vida dos excelentes músicos: el guitarrista Pedro Rojas Ogáyar y el clarinetista Gustavo A. Domínguez.

Durante prácticamente una hora, Pedro y Gustavo, junto con el compositor Luis Román, autor de una de las obras y encargado de la parte electrónica y proyecciones, exhumaron los restos de una memoria tan ninguneada como políticamente manoseada. Plantaron ante nuestros oidos un arsenal de resonancias bélicas, con ecos del llanto y el dolor más colosal de la violencia entre hermanos. Transforman cantos y marchas de los diferentes bandos -esos ejercicios de aliento varonil, hormonados y enajenados-, para en su mutación llegar a desnudar el horror del vacío existencial sobre el que se construyen.

Con el título genérico de Espadaña ("a medio camino entre España, espada y guadaña"), cuatro composiciones de cuatro autores enlazadas mediante la lectura de bandos de guerra y notas de prensa de la época. Música de gran exigencia para la interpretación, con momentos de muy lograda y envolvente emulación de los sonidos de la guerra; tensión narrativa in crescendo que captura al oído y revuelve las emociones, que del horror hablamos. Virtuosa en la ejecución, compleja en su concepción, una propuesta que activa oído, cerebro y alma. Disparos de ingenio creativo. Excepciones.

Carlos Pérez Cruz
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