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martes, febrero 20, 2007

Operación bikini

Después de mucho pensar (es un decir) he caído en la cuenta de que no es una cuestión de inercia. Me refiero a la extraña costumbre extendida en nuestra sociedad durante este Invierno (nombre técnico del periodo de meses comprendido entre diciembre y marzo) de mantener la calefacción no sólo encendida sino a gran temperatura. Una costumbre que no es monopolio de empresas y comercios sino que se practica con profusión en casas particulares, especialmente en aquellas con calefacción central.

No puede ser por inercia porque nadie, con razonable salud, puede llegar a sentir frío en días con termómetros en torno a los 20 grados centígrados. Y no será por la complejidad en el encendido y apagado de los aparatos (On - Off). Por eso he llegado a la conclusión de que esta tortura de calor, que se suma al regalo climático que nos hemos hecho vía madre naturaleza, tiene como único fin y objetivo el bien común del adelgazamiento.

Sí amigos, el efecto solidario que llevó a miles de ciudadanos a apagar la electricidad hace unas semanas para protestar, aparentemente, contra nuestro propio comportamiento ecológico, es el que ha llevado a esta campaña generalizada de adelgazamiento mediante el uso de saunas colectivas. Puede que resulte contradictorio, lo sé, pero la clave de este movimiento no era la ecología, como pareció entenderse, sino la extensión de la SOLIDARIDAD entre seres humanos. Se procura con ello compartir experiencias, ya sea un apagón colectivo, ya sea una sudada general.

Llegará el Verano (periodo no sólo técnico sino climático) y surgirá de nuevo un movimiento espontáneo que enfriará los ánimos del personal con el frío helador de miles de aparatos de aire acondicionado. Y entonces la SOLIDARIDAD tendrá como único fin la conservación de nuestras esbeltas figuras modeladas en invierno.

miércoles, febrero 07, 2007

Resurrección por aclamación

¡Dios mio! No había pensado en un posible cierre de este blog por inactividad. Pero dada la masiva afluencia de visitantes y sobre todo la alta demanda de mis lectores para que continúe con mi indispensable labor como letrista de lo cotidiano resucito, hoy de modo simbólico, este micro-rincón de la red.

Lo sé, son tantas las cosas que han sucedido en este tiempo de inactividad que no sabría por dónde empezar. Por eso quizá no empezaré por ningún lado y me dedicaré a divagar sin sentido hasta que el sueño me venza y me largue al sobre... zzzzzzz

Vale, vale. Sólo una reflexión-pregunta para empezar. ¿En qué tipo de casa vivo para que un póster de La Novia Cadáver de Tim Burton embellezca las paredes (o mejor dicho, las oculte y la cosa gane)?

Por último, y esta va para incondicionales, ¿qué tipo de Banda de Música que ofrece conciertos de música contemporánea, monográficos de autores respetados (quizá no tan respetables) y de vez en cuando sale a la calle aspira a sonar en los bares? Es decir, y esto va para no tan incondicionales (en singular, en realidad), ¿para qué graba una banda, que no vive de las ventas de discos, tres discos consecutivos de música pachanguerofestiva? La respuesta a mi izquierda: para sonar en los bares. Lo malo es que no lo decía en broma.

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