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domingo, enero 31, 2010

Música improvisada... aviar

El Barbican Centre de Londres presenta entre el 27 de febrero y el 23 de mayo de 2010 una instalación de la artista francesa Céleste Boursier-Mougenot titulada The curve en la que diversas aves del tipo diamante mandarín (originarias de Australia) inciden, mediante sus actividades rutinarias, en un entorno de guitarras eléctricas y otros instrumentos. Del resultado nos da una pista el siguiente vídeo:

miércoles, enero 27, 2010

La música en el cine de Paul Auster


La sección musical del programa "Más Vale Tarde" de Radio Vitoria (EiTB) la he dedicado en esta ocasión a la música de dos películas con el sello del escritor Paul Auster. Una relación con el cine la del escritor con resultados desiguales que van desde su asociación con Wayne Wang en 1995 con Smoke hasta su última dirección cinematográfica hace dos años con La vida interior de Martin Frost. En el primer caso la partitura de la película la firmaba la británica Rachel Portman mientras que en el segundo fue el francés Laurent Petitgand, habitual colaborador del alemán Wim Wenders y quien propuso a Auster a este compositor. Una colaboración que llegó después de avatares propios del azar austeriano. El segmento musical lo puedes escuchar en el reproductor:




"Carne Cruda" abre las puertas del "Club de Jazz"

El programa Carne Cruda, que se emite de lunes a viernes de 14 a 15 horas por Radio 3 (RNE), ha abierto hoy las puertas del Club de Jazz que desde hace casi nueve años regenta un servidor. Su director, Javier "Crudo" Gallego, se ha pasado por nuestro local virtual para escuchar las grabaciones que Alan Lomax realizó en Haití entre los años 1936 y 1937. En el reproductor puedes escuchar el momento del programa en que se han abierto las puertas del Club.




miércoles, enero 20, 2010

Sonidos musicales de Haití


Con la mente puesta en la terrible situación que está viviendo la población de Haití he dedicado la sección musical del programa Más Vale Tarde de Radio Vitoria (EiTB) a sonidos musicales procedentes de la isla. Grabaciones de campo que registró entre 1936 y 1937 el musicólogo estadounidense Alan Lomax y que se han editado recientemente rescatadas del archivo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Más recientemente, entre 1997 y 1999, el director francés de cine Charles Najman y la fotoperiodista y programadora cultural Emmanuelle Honorin siguieron el ejemplo de Lomax y grabaron la música campesina de este país. El resultado se editó en un doble trabajo discográfico bajo el título de Fond des nègres - Fond des blancs, el segundo de los cuales fue banda sonora de la película Royal Bonbon (2002) de Najman, una ficción cuyo argumento nos traslada a la realidad reiterada de los poco más de doscientos años transcurridos desde la consecución de la independencia colonial y fin de la esclavitud. El segmento de la emisión lo puedes escuchar pulsando en el reproductor:




martes, enero 19, 2010

Lluis Vidal Trio feat. Dave Douglas & Perico Sambeat - "Mompiana"


HTML clipboardUn artículo en prensa puede abrirte las páginas de un libro maravilloso, ese libro puede despertar tu curiosidad por un país lejano y ese país aproximarte a una música de primeras exótica para el oído. La curiosidad es la mejor maestra de quien busca conocer y expandir las fronteras de su conocimiento y, al igual que un disco permite descubrir músicos (por asociación), un proyecto monográfico como Mompiana puede llevarle a un oyente de Jazz a sentir curiosidad (si antes no la sintió o no pudo sentirla) por la música de Frederic Mompou. O a un oyente de Mompou al Jazz. Es lo maravilloso de la lectura (prensa, libros...), la audición (música, entrevistas...) o el visionado (cine, ¿televisión?...): abre puertas inabarcables en una única vida para quien sienta curiosidad.

Frederic Mompou, compositor barcelonés (nacido el 16 de abril de 1893), dedicó su trayectoria fundamentalmente a la composición de música para piano. Residió en París en dos etapas: una primera formativa interrumpida por el estallido de la Primera Guerra Mundial y otra segunda de nuevo finiquitada por otra guerra, la Segunda Guerra Mundial. Tuvo, por lo tanto, la oportunidad de residir en París en años de gran agitación musical y creativa y de ella formó parte a pesar de su reconocida timidez de hombre de pocas palabras (y pocas notas). Así partió de la impresión que le produjo el impresionismo de Gabriel Fauré (en un concierto en Barcelona en 1909) hasta llegar a relacionarse con compositores como Francis Poulenc, destacado miembro del grupo de Les Six cuyo fundamento de partida constituía precisamente una crítica al propio impresionismo. De toda esa experiencia formativa y profesional nos queda un Mompou minimalista y contenido, emotivo y profundo desde la sencillez de unas composiciones, sin embargo, nada simples. Un autor igualmente influenciado por la música tradicional catalana que forma parte melódica de su obra y que encontró en el título de una de sus series compositivas, la Música Callada, la mejor definición de su estilo: Esta música no tiene aire ni luz. Es un débil latir del corazón. No se le pide llegar más allá de unos milímetros en el espacio, pero sí la misión de penetrar en las grandes profundidades de nuestra alma y regiones más secretas de nuestro espíritu. Esta música es callada porque su audición es interna, decía el propio Mompou de dichas composiciones. A lo que en octubre de 1977 añadía el crítico Arturo Menéndez Aleyxandre (a propósito de la edición de Mompou interpreta Mompou, en la que el compositor interpretaba los cuatro cuadernos de Música Callada): (...) nadie las escuche todas seguidas, de una sola vez, porque aún cuando constituyen una unidad estética y de propósito, cada una se basta a sí misma y puede ser alimento completo para todo un día. Escúchenlas escalonadamente, a lo largo de cuatro semanas, para que no se destruyan unas a otras amontonándose en nuestra limitada receptividad. El silencio es frágil. La música del silencio es la fragilidad misma.

Me temo que no estoy en disposición de seguir el consejo de Menéndez Aleyxandre aunque pocas son las músicas que merecerían tal consideración de las muchas que escuchamos (o nos invaden) a diario. Cierto es que uno podría pasar un día entero escuchando la tercera pieza de la Música callada, tan noble y sensible en los dedos de Mompou, tan irónica en el sonido de la trompeta de Dave Douglas. Y es que esa tercera pieza de la serie es una de las que se hace versión en Mompiana, seguramente muy reconocible para el oyente español con un mínimo de cultura radiofónica: su melodía es sintonía de la Cadena SER (Sociedad Española de Radiodifusión); Sinfonía Azul en la versión orquestal que firmara en su día para la red de emisoras.

El repertorio que Lluis Vidal ha seleccionado para esta relectura de la música de Frederic Mompou procede por completo de composiciones para piano solo: de cuatro piezas de la Música Callada (I, III y IX del primer cuaderno - 1959 - y X del segundo - 1962), la número 6 de su serie Cançons i danses (1943) y las tempranas El carrer, el guitarrista i el vell cavall y Gitanes I de la serie Suburbis (1916 - 1917), serie descriptiva de la Barcelona suburbial de aquellos años que conoció en sus paseos. Además por primera vez se registra Temps de blues, publicada en 1949 e inédita hasta la fecha (de la que se hace en el disco versión a solo de Vidal y otra con el grupo al completo). Completa una composición original de Vidal titulada Cançó i dansa 1 (¿guiño a Stravinsky incluido?).

El Jazz no ha sido una música que haya influido en demasía en Frederic Mompou (así lo defiende el propio Lluis Vidal en una entrevista con servidor) a pesar de que los años intermedios de su doble estancia parisina fueron los de la irrupción de este estilo en París, fundamentalmente a través de las bandas que llegaron de la mano de las tropas estadounidenses. Sin embargo cierto fervor jazzístico entre compositores se apagó al poco de su segundo establecimiento en París, aunque la relación entre los compositores "clásicos" y el Jazz era ya irreversible. Tan sólo dos composiciones de toda la trayectoria de Mompou parecen relacionadas con este género: un foxtrot y el Temps de blues que antes mencionaba. Nada más parece tener relación directa aunque Vidal explica que, a pesar de reelaborar un poco la armonía para adaptarla a mis necesidades, la concepción armónica de la música de Mompou es muy cercana al concepto armónico del jazz. Y así a partir de esas partituras de su escritura para piano Vidal construye su propio universo partiendo del ajeno del compositor. Se vale de las melodías (siendo la de Mompou una música muy melódica) y de las armonías (convenientemente adaptadas) para variar fundamentalmente el sentido rítmico de la música y dar pie a desarrollos mucho más prolongados que los de la escritura original de Mompou (que apenas llega a dos minutos de interpretación en muchos casos). A partir de ahí espacio para que los solistas se explayen sobre una estructura que va más allá de una primera lectura melódica e improvisación y que se construye sobre pulsos y secciones cambiantes. Así se evita la tentación de simplemente jazzificar unas melodías que no fueron para el Jazz en origen. Un ejemplo notable de cómo hacer propia la música ajena es el de la versión de El carrer, el guitarrista i el vell cavall: Una de las partituras más libres y rítmicamente más inestables del repertorio de Mompou seleccionado por Vidal se convierte en la más abierta y experimental de las versiones del proyecto. Puestas en paralelo ambas se asemejan en su estructura y se diferencian en el dialecto musical. Coherencia y personalidad en el trabajo de Vidal.

Lluis Vidal ha contado con su trío en la actualidad: Masa Kamaguchi (contrabajo) y David Xirgu (batería). Además, dos solistas invitados: el saxofonista y flautista Perico Sambeat y el trompetista Dave Douglas. Este último se reencuentra aquí con Xirgu, que sugirió para Mompiana a quien fuera su compañero de estudios en un tiempo de estancia en Badalona del estadounidense a finales de los años 70 (siendo apenas un quinceañero, en un intercambio escolar). Un quinteto con proyección internacional por nombres y por solidez en la música que llevan a cabo. Reconocibles como solistas y ensamblados como conjunto. Un lujo que se aprecia con la escucha atenta y más si cabe con la referencia de las composiciones originales de Mompou. La duda es si la mayoría de los oyentes tenemos tiempo para dedicar a la audición detenida de un proyecto en particular; para evitar poner en riesgo lo que Menéndez Aleyxandre llamaba nuestra limitada receptividad desafiada hoy en día por la aglomeración de sonidos a nuestra disposición (voluntaria o no). Mompiana merece la escucha aunque, y acudiendo de nuevo a las letras de Aleyxandre en octubre de 1977, no recomendaríamos a todo el mundo, sino solamente a aquellos que son capaces de comprender y gustar la música no como un mero pasatiempo, un recreo del oído o viruta para rellenar el embalaje de las cosas serias de la vida (en lo que se ha convertido ahora), sino como una única expresión posible de lo inexpresable.

© Carlos Pérez Cruz

Publicado originalmente aquí.

miércoles, enero 13, 2010

Cambalache (Enrique Santos Discépolo)

Hace apenas unos meses recuperé para este blog la letra del maravilloso Cambalache de Enrique Santos Discépolo. Escrita en 1934 (años de grave depresión económica y gobiernos militares en Argentina) la letra de quien fuera poeta, compositor, actor o autor teatral tiene plena vigencia. Un tango del que se han hecho numerosas versiones. En la colaboración de servidor con el programa Más Vale Tarde de Radio Vitoria (EiTB) de hoy hemos escuchado la que grabaran el pianista Lito Vitale con el cantante Juan Carlos Baglietto así como una mezcla de 12 versiones diferentes que, en un a modo de puzzle musical, han conformado una versión diferente del Cambalache. A ella han contribuido Joan Manuel Serrat, Caetano Veloso, Julio Iglesias, Romina Bianco, el proyecto Groove Chill Out Players, Miriam Nova, Carlos Varela, la Orquesta Francisco Canaro, Stella Milano, Rolando Laserie, Ismael Serrano y Enzo Peiret. El tiempo en la radio es el que es y ha quedado fuera (aunque no aquí en el audio que pongo a disposición) el encuentro en mayo de 1982 (Teatro Regina de Buenos Aires) de Roberto "El Polaco" Goyeneche y el gran Astor Piazzolla. Que lo disfruten.




lunes, enero 11, 2010

Eric Rohmer

Adiós a unos de mis franceses favoritos. Eric Rohmer ha fallecido hoy tras una vida de 89 años. Nació en la primavera de 1920 y ha muerto en el invierno de 2010. Desde entonces hasta hoy se han repetido casi noventa veces las Cuatro Estaciones y los Cuentos que de ellas nos contó fueron mi primera vez con él. La última, por fortuna, todavía no ha llegado.

viernes, enero 08, 2010

Año sin toros (Xavier Bru de Sala)

Fragmento del artículo publicado en la edición del 8 de Enero de 2010 del diario "La Vanguardia" (página 17).

Hay que argumentar con la máxima solidez todas y cada una de las restricciones de la libertad. Este es un principio irrenunciable de la democracia. Deberíamos abstenernos de prohibir algo sin que el conjunto de la sociedad obtenga un beneficio mayor que el perjuicio de quienes se ven privados de una parcela de libertad.(...) La libertad no es un bien absoluto, sino un territorio colindante con bienes igualmente preservables, tales como la justicia, la seguridad, la igualdad o el bien común (todos ellos, cierto es, sometidos a interpretaciones abusivas, como lo es la misma libertad).

¿A quién perjudica entonces que una minoría disfrute de la fiesta taurina? La respuesta es clara y al mismo tiempo de enorme calado: perjudica a un animal. Cualquiera puede ser insensible al sufrimiento de los animales, o incluso negarlo o minimizarlo. Sin embargo, quienes así razonan deberían saber que defienden un valor retrógrado, mientras que sus opositores, según mi percepción una clara y creciente mayoría, se suman a un valor emergente en todo el mundo llamado minimización del sufrimiento. Es erróneo, falaz y primitivo suponer que el toro se siente realizado al verter su sangre y morir entre aplausos. El conflicto real es de percepciones, entre quienes disfrutan y quienes creemos que este espectáculo es repulsivo y nos azoramos, no al verlo, sino al saber que pervive. Crece el número de los segundos, y disminuye el de los partidarios de la tortura. (...) para disfrutar con los toros en nuestro tiempo se requiere rechazar unos valores que se encuentran en el núcleo más edificante de nuestra sociedad. Cada cual posee, en su personalidad, resquicios que afean la civilización. Mejor luchar contra ellos, y quien no consiga vencerlos, escóndalos. El progreso moral es un hecho. Del mismo modo que nos avergonzaría tener un vecino que asistiera a una ejecución a fin de regodearse - lo cual era habitual hasta anteayer-,el espectáculo taurino y el resto de las fiestas donde un animal en apuros ocasiona disfrute a seres humanos repugnan cada vez a más personas. La repulsa ética conlleva una prohibición. Es imparable. Tarde o temprano, en toda España. O ya se encargará Europa.

Algo así entendieron los británicos, que prohibieron el espectáculo equivalente de la caza del zorro, considerada asimismo un hecho cultural identitario y un refinado arte. Se prohibió en Catalunya la matanza del cerdo con público. Han cambiado las normas del transporte y del sacrificio del ganado destinado a la alimentación. Se restringe la actividad cinegética, justificada sólo por el equilibrio entre especies.

La cuestión de fondo consiste, pues, en una colisión de valores, de salud moral colectiva. Se trata de favorecer el avance de la civilización, indisolublemente ligado al respeto a la vida y al incremento del bienestar en todos los órdenes. Sin fundamentalismos pero con todo el convencimiento. (...)

Ténganlo siempre presente los protaurinos: en nuestra época, la minimización del sufrimiento se erige en bien prevalente, por encima de consideraciones culturales, tradicionales o identitarias, y sólo se justifica sufrir por mayor beneficio asociado, cuando no por impotencia en evitarlo. (...)

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