Se inicia el rescate de los mineros chilenos atrapados bajo tierra y escucho al presidente chileno Sebastián Piñera hablar ante los medios de comunicación desde la mina. Todavía no se ha consumado el rescate y ya tenemos el espectaculo audiovisual de la política. Palabras huecas y bellísimas que brillan bajo el sol y ante las cámaras y que nada tienen que ver con la única realidad: la de que si los mineros están ahí abajo es porque se permitió que no se cumplieran unas normas de seguridad en el trabajo. La negligencia deviene en espectáculo del que se obtienen beneficios patrióticos y de promoción electoral. Es tal la paradoja que incluso, si algo saliera mal, el presidente podría llegar a derramar unas lágrimas, padecer con los familiares, mostrar su corazoncito.
No se lo pierdan. Va después de la publicidad. Y bajo los focos del sol los rescatadores, los trabajadores conscientes de que millones de personas se fijan en cada uno de sus gestos. Para ellos nos hay posibilidad de negligencia. Un fallo sería su ruina patriótica. Y el presidente se acerca, saluda... por favor, no se detengan, no quiero ser una molestia...
No se lo pierdan. Va después de la publicidad. Y bajo los focos del sol los rescatadores, los trabajadores conscientes de que millones de personas se fijan en cada uno de sus gestos. Para ellos nos hay posibilidad de negligencia. Un fallo sería su ruina patriótica. Y el presidente se acerca, saluda... por favor, no se detengan, no quiero ser una molestia...
2 comentarios:
"El gran carnaval" de Billy Wilder ya lo resumió, lo explicó, lo satirizó, nos lo presentó y legó para la posteridad.
Y pensar que algunas críticas dijeron de ella que era exagerada e irreal.
Da la sensación de que ahora todo es espectáculo. El rescate de unos mineros se convierte en telerrealidad y melodrama. Los programas del corazón reproducen argumentos de telenovela. Los programas de denunica callejera se llenan de exageraciones propias de novelas tremendistas. Y todos abogan por una retrato real de la realidad prescindiendo de esta. ¿Me estoy explicando o me estoy liando?
Te explicas perfectamente... Anoche no podía dar crédito a lo que estaba viendo. Claro que eso me anima sobre mí mismo... significa que todavía tengo margen para la sorpresa, aunque esta sea negativa.
¿Te puedes imaginar la presión de estar trabajando con medio mundo (literalmente) observándote cada segundo, con el presidente de tu país... bueno, esto no es presión...
Me voy a por más palomitas...
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