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domingo, mayo 06, 2012

Que dice el ministro que...

Dice el Ministro de Deporte (cuyas atribuciones son también las de Cultura y Educación), José Ignacio Wert, que los músicos tendrán que “acomodarse” a la situación económica actual y cobrar menos. Lo dice en una “simpática” entrevista en la revista Rolling Stone. “Probablemente deberán cobrar menos y conseguir que se involucre más la iniciativa privada, los patrocinadores… Cuando llueve, llueve para todos”, concluye. Quizá él, persona de buena posición y poder, pueda empezar por convencer al presidente de Martinsa-Fadesa para que invierta en música al menos ese 23% en que porcentualmente ha incrementado su salario. Que no se preocupe el tal Fernando Martín. Al contrario que en la construcción (su empresa tuvo la mayor quiebra de la historia empresarial española), toda inversión en música le asegura beneficios. Para el alma, claro está, pero mal no le vendrá confortarla después de haber dilapidado casi mil millones de euros en un par de años. Los pinchazos en música son menos gravosos para el promotor, se lo aseguro, y dado que seguirá ganando un pastizal pierda lo que pierda su empresa (en eso consiste la dirección empresarial en este país: en ganar incluso en la derrota), ¿por qué no invertir en música? Estoy seguro de que esa futura ley de mecenazgo prometida por Wert le proporcionará el seguro amparo de la ley para obtener todo tipo de ventajas fiscales.

“Hace siglos que no voy a un concierto”, confiesa el ministro. Claro que en la siguiente respuesta dice que estuvo “el domingo en la ópera”. Concedámosle que no hay contradicción en los términos, que la ópera combina elementos concertísticos con teatrales. Sin embargo, el ministro del ramo cultural, ¿no debería conocer la realidad que afecta a su gestión in situ? No digo yo que entre cual recaudador de la SGAE en camerinos cinco minutos antes de un “bolo” (expresión ministerial), pero no estaría de más que se acercara de vez en cuando a un… bolo. Que se acerque, especialmente a aquellos promovidos por esa salvífica iniciativa privada, por las salas, clubes, bares que mantienen la llama de la actividad musical. Que pregunte por las condiciones laborales de los músicos que actúen. Discretamente, por favor, sin previo aviso de su presencia. No vaya a ser que avisados, los promotores se saquen de la chistera un contrato con el grupo para así evitarse una colleja ministerial. Supongo, no obstante, que el ministro (¿cómo un ministro no va a saber esas cosas?) estará trabajando para resolver, ¡por fin!, el desamparo legal que mantiene a la mayor parte de la profesión musical de este país trabajando de forma – cuando menos – alegal. Entiendo que guarde discreción al respecto, como la guarda sobre la prometida ley de mecenazgo de la que lo único que se sabe es que existirá. No cómo, ni cuándo.

“Es perfectamente legítimo pensar que la música es cara”, dice Wert sobre el precio de los discos. Tan perfectamente legítimo como que yo legítimamente piense que su gobierno nos está jodiendo la vida con su desbaratamiento del estado social y que sus políticas están al servicio del que más tiene (tipos como Fernando Martín) y contra la ciudadanía en general. El problema es que, si bien ambos pensamientos son legítimos, mi legitimidad no hace leyes y la suya sí. A él le parecen caros los discos, pero a mí me parece caro simplemente salir adelante. O tener que repagar lo que ya he pagado con mis impuestos. O me parece caro que se movilice a todo un ejército para defender de la realidad a cuatro gatos con poder económico que se reúnen en Barcelona entre lujos y agasajos. ¡Hay tantas cosas que me parecen legítimamente caras! Por no hablar de los dispendios en dietas o en coches oficiales, esos que dice Wert que le ofrecen la ventaja de desaparecer: “Como ministro, salir puede tener inconvenientes, pero si estás incómodo, tiene la ventaja de que te metes en un coche y desapareces” (sic). Lástima que de ese coche se baje tan a menudo. Y también lástima que mi condición de humilde asalariado me impida disponer de un coche así que me permita desaparecer de la faz de la tierra cuando dirigentes como Wert me hagan sentir “incómodo” – lo que, por desgracia, ocurre a diario - o con el que poder evitar el continuo atropello de nuestra dignidad como personas.

© Carlos Pérez Cruz

5 comentarios:

Sirgatopardo dijo...

¿De dónde habrán sacado a éste Mesías?

Jorge dijo...

Si es que los músicos lo quieren todo... contrato, salarios dignos, reconocimiento como empleo, dignidad, respeto y otros etc. Si los machacas de todos los gremios nos jodemos, pues nos jodemos todos, ¿no?

Menos los de arriba, claro, que al velar por nuestros (que son sus) intereses merecen, según parece, más.

Que triste que llega a ser todo... y que poco tranquilizador hacerse consciente de que quien no sabe, está donde está.

Me recuerda a cierto concejal de cultura de cierta ciudad de la provincia de Barcelona donde vive cierto librero que pontifica sobre el teatro esto, el teatro lo otro para reconocer luego que no va al teatro, que no le gusta y que no lo entiende.

Apatico 2005 dijo...

¡Jodienda general! ¡¡Nadie sin su jodienda!! ¿Te gusta como lema?

Ayyyy, los concejales de cultura. Ya que vivimos en una sociedad dirigida por tecnócratas, ¿por qué no culturócratas?

Jordi Gaspar dijo...

Vaya, totalmente de acuerdo en todo, si me lo permites subrayaría una cosa. Uno piensa que si a alguien lo ponen de ministro o se lo gana por méritos propios, será que es la persona mejor posicionada para sacar la nave de la tempestad y llevarla a buen puerto.
Pero me temo que, tambien esta vez, la única parte de "cultura" que entiende es lo de la roja y lo de los toros. ¿Tendrá entonces el detalle de encargar un estudio para conocer de verdad el tema? Al fin y al cabo, más vale tarde que nunca, pero me temo que, también esta vez, va a tener de sobras con lo que le cuente algún amigote suyo.
Y, por último, si tuviera la decencia de admitir que no conoce el tema (como esas películas en que el borracho lo reconoce como primer paso para dejar la bebida), podría encargar a alguna universidad que estudiara cómo es la cuestión aquí y cómo es en países vecinos como Francia. ¿Acaso no es tan importante la cultura para merecer eso en el pais de la eñe? Para otras cosas lo tienen clarísimo.
Saludos,

jesus dijo...

lo dice el ministro de deporte(s). y claro, será para que para que los grandes mercenarios del furgol se les pueda (seguir) pagar(ndo) mejor que a dios, pues habra que recortar. ¡y que mejor que a los titiriteros!!!!! estoy con el. y ne nada,.... alucinad!!!!. pagar por tocar. porque si, es un suplicio lo que hacen los musicos.

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