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martes, agosto 10, 2010

Bojan Z Tetraband - "Humus"


Serán más o menos próximos a nuestras filias y fobias musicales pero no recuerdo ni uno solo de los discos de Bojan Zulfikarpasic que sean borrón en una carrera que se inició discográficamente hace ya diecisiete años. Siete discos en este tiempo permiten pensar que entre unos y otros hay tiempo consciente de maduración de los proyectos y así le hemos podido escuchar con otros jóvenes de la escena francesa que él habita (especialmente el saxofonista Julien Lourau en Bojan Z Quartet y Jopla - 1993 y 1995 respectivamente -), junto a nombres de origen, como él mismo, en los Balcanes (Koreni en 1999), a solo (Solobsession en 2000), junto a USAmericanos (Transpacifik en 2003) y presentando un nuevo instrumento - el xenophone - en un grupo mezcla franco - USAmericana (Xenophonia en 2006). Cada disco, a excepción de los dos primeros, una presentación nominal y también estética. Siempre el Jazz como elemento de cohesión, siempre algún toque folclórico de los Balcanes que le vieron nacer pero en cada grabación una forma expresiva diferente más o menos evidente.

Humus
es, si uno ha escuchado su música durante años, producto de una evolución que parece natural en el pianista nacido en Belgrado. Es un disco de un nivel jazzístico excepcional, no faltan los guiños al folclore balcánico y en esta ocasión, además, es un trabajo de notable influencia rockera. Ya en su adolescencia tocaba en grupos de Rock; ya en su llegada a Francia experimentó junto al guitarrista Noel Akchoté y al saxofonista Julien Lourau en un grupo llamado Trash Corporation que presentan (yo nunca lo he escuchado) como un grupo inspirado por el Rock y el Free Jazz. En este nuevo trabajo hay esa parte rockera que ya habíamos conocido en Koreni (aunque entonces un Rock más directo, limpio y ortodoxo) e intuido en Xenophonia y hay no tanto una influencia directa del Free como un carácter abierto y experimental sobre la base, en esta ocasión, de composiciones de estructura compleja, rítmicamente cambiantes, frenéticas por momentos, llenas de contrapuntos tanto en una visión global como en una tema por tema; títulos que pasan por varios estadios expresivos.


Para "endurecer" el sonido de su música Zulfikarpasic ha contado con dos músicos británicos que forman parte de la banda Acoustic Ladyland. Banda londinense de Punk instrumental (o de un Jazz con cresta - permítaseme la broma -) de la que proceden la bajista Ruth Goller (aunque el primer bajista de la Tetraband fue Christophe Minck) y el baterista Sebastian Rochford. Fue en 2004 cuando coincidió con el grupo británico en el Festival de Bath (Inglaterra) y donde Bojan Z se dijo que ese era el sonido que yo había querido desde que empecé, aunque para ello el piano quizá no fuera el instrumento idoneo. A partir de ahí fue cuando al piano de Z se sumó el fender rhodes - más propicio para la "suciedad" sonora - y, más tarde, ese teclado de propia invención llamado xenophon. La banda se formó con un cuarto elemento: el trombonista Josh Roseman, músico del Nueva York jazzístico con una trayectoria igualmente poco mainstream (Uri Caine, Lester Bowie, John Zorn...) y que está espléndido durante todo el disco, virtuoso en lo técnico y muy expresivo como voz instrumental.


Es un disco Humus de los que se calientan conforme más vueltas se le da; en el que los temas aparentemente más simples temáticamente - por ejemplo el (casi) pop August Song - terminan por deparar desarrollos inesperados, ya sea por los abruptos giros rítmicos o por los espacios abiertos - más aleatorios - que ofrecen un respiro al vértigo (caso de Empty Shell - tema que Rochford aporta del repertorio de su grupo Fulborn Teversham). Hay también títulos más viscerales en su planteamiento (menos complejos estructuralmente) como Greedy (in goods we trust) (curioso y juguetón título que se podría traducir como Avaricioso (creemos en los bienes)) que suena funky e incluso melódicamente soul a partir de una presentación puramente rockera. Y mi favorito de Humus, el Nº9: título numérico para una pieza en la que piano y trombón terminan confluyendo en la lectura temática creando una preciosa sonoridad (la más acústica del proyecto - aparte del piano solo Focus@ -) de carácter circular y, de nuevo, inspiración folclórica (más evidente si cabe en las melodías de Natural ground y Fuzzlija). Cada escucha atenta de este Humus descubre al oyente atento nuevos matices y permite valorar la complejidad de unos arreglos (y producción de estudio) quizá no siempre trasladables al directo pero que nos muestran a un músico no sólo capaz de improvisar de manera brillante sino de crear música sorprendente.

© Carlos Pérez Cruz

Publicado originalmente aquí.

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