Lástima (para ella... ¿para nosotros?) que la alcaldesa de Iruñea - Pamplona, Yolanda Barcina, lo sea sólo de este minúsculo grano en el culo del mapa ibérico que es la capital navarra porque, sin duda, de haberlo sido de Madrid o Barcelona o Valencia (por citar granos con mayor atención mediática) la carrera de ordeno y mando de esta mujer hubiera dado para tantas (o más) páginas que las que genera Esperanza Aguirre. No hace falta detenerse ahora en explicar las maneras impositivas de esta alcaldesa (¿futura presidenta foral?) a quienes no la conocen, es suficiente con reflejar las declaraciones que hoy mismo realizaba en su visita al nuevo Servicio municipal de atención a personas sin hogar. ¿Qué podía declarar esta buena mujer en una visita a un centro como éste de connotaciones tan trágicas? ¿Qué construcción en prosa (o verso) habrá parido en él? ¿Acaso habrá expresado su solidaridad con las personas que de él tengan que hacer uso? ¿Ofrecido su hogar en caso de overbooking? ¿Anunciado una donación particular para la mejora de los servicios sociales? ¿Su retirada de la política para dedicarse, de forma voluntaria, a la atención a los pobres?
Quien no defienda la tradición taurina de Navarra no defiende verdaderamente nuestra tierra.
Quien no defienda la tradición taurina de Navarra no defiende verdaderamente nuestra tierra.
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