Estoy sentado en un banco mientras espero. De pronto pasa un grupo de adolescentes (masculinos) y uno de ellos, sin mediar ningún tipo de suceso aparente, le propina una patada a una señal de tráfico. Me quedo mirándole pero ignora mi mirada. A los pocos segundos una pareja (hombre y mujer) de unos cuarenta años (aparentes) pasa delante de mí. Consigo escuchar las siguientes palabras que salen de la boca de ella: sólo le dio un puñetazo, tampoco le iba a matar. Acto seguido una pareja de jóvenes (masculinos), en dirección opuesta a la de la pareja anterior, comenta el estado ebrio de un tipo que debe ser enorme ("mazas", dicen) y con el que era mejor no meterse en ese estado.
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