Tiene la mañana esa luz agresiva que amenaza con cegarte. Tiene el espacio ese espesor que cuesta atravesar al caminar, que te embadurna como una telaraña tejida con masas de aire cálido y bolsas de mosquitos. Muchos mosquitos, mosquitos en solitario, mosquitos formando grandes globos que se mueven al son de la reina de los mosquitos y que, en el momento en el que el sol cegador te nubla la vista y desaparece la pared chivato, se estrellan contra el cuerpo líquido que los deja atrapados, moribundos, hasta que el dedo juez sentencia su caída libre al vacío.
Hoy es el día de los mosquitos. Hoy conviene no abrir demasiado la boca.
Hoy es el día de los mosquitos. Hoy conviene no abrir demasiado la boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario