No es Entre mal título para el tercer disco que desde 1993 nos ofrece la pareja artística Tomás San Miguel - Jorge Pardo. La preposición "entre", dice la RAE, "denota la situación o estadio en medio de dos o más cosas". La trayectoria de Jorge Pardo es la de un músico que ha hecho carrera como jazzista con duende mientras que la de Tomás San Miguel es la de un compositor e intérprete de las llamadas (más ambiguo imposible) Nuevas Músicas y músicas Tradicionales con amplia experiencia también en las sintonías para radio y televisión. Así que para que su encuentro funcionara era necesario un entendimiento en un punto intermedio, en un escenario desde el que se pudieran divisar todos aquellos modos y maneras de ambos y se pudiera coger de aquí y de allá para que la conversación fuera fluida.
Cuatro años ha tardado en ver la luz este disco desde su grabación hasta su edición. Imagino que son cosas del mercado discográfico pero, por fortuna, al final se ha conseguido rescatar esta música del congelador y presentarla en sociedad (en petit comité). Aunque en el fondo esto no tiene más trascendencia que la que pueda derivarse de la dificultad del mercado porque en lo estrictamente musical estamos ante una propuesta atemporal, ajena a las prisas de la novedad y de la búsqueda de nuevas tendencias. Es un trabajo con la suficiente entidad como para ser más que un divertimento pero con amplia libertad como para poder sentir la sensación de encuentro improvisado y creado con el ánimo del momento. Y uno puede sentir cómo el pulso ibicenco (el del marzo de la grabación, no el pastillero del verano) afecta a la música como afectó también el atentado de Madrid (11 M) que tuvo lugar días antes de la composición y grabación de la bellísima Llanto de Marzo.
Es una suerte que no exista una idea estética prefijada, cerrada, en el desarrollo de los ocho temas del disco (al menos no se percibe) porque la música discurre por caminos tan diversos (y fronterizos) que el resultado final se enriquece con ellos. No es un disco estrictamente de Jazz aunque sin el Jazz sería difícil de entender. No es un disco de Nuevas Músicas (ya, ya sé que es ambiguo) pero sin todo el legado de este "género" y la propia carrera de Tomás San Miguel no se podrían entender muchos de sus conceptos. Quizá por eso Jan Garbarek decía aquello de que él no tocaba Jazz. Y ya sabemos toda la belleza musical que ha surgido a partir de su concepción de la creación musical. Quizá por eso (como si de una declaración de intenciones se tratase) los primeros segundos del disco recuerdan mucho al sonido del noruego. Pero sólo los primeros porque luego Jorge Pardo y Tomás San Miguel nos llevan por otros derroteros, valses, Música de Cámara (desde una concepción ortodoxa del término), guiños flamencos y árabes (¿puede entenderse lo uno sin lo otro?), canciones melódicas, atmósferas cinematográficas (de film noir, San Miguel dixit) y experimentos más o menos improvisados.
Es Entre un disco modesto, nada pretencioso, en el que Jorge Pardo encuentra amplios espacios para una improvisación relajada que dice mucho de su capacidad de adaptación y de expresión (ya sea con la flauta o con los saxos tenor o soprano) y en el que Tomás San Miguel es el artífice de las atmósferas, del tono y el pulso general de una música que tiene más de lo que a primera escucha pueda parecer. Y es que si saber hablar varios idiomas facilita la comunicación humana, saber moverse Entre diversos lenguajes musicales con la naturalidad con la que ellos lo hacen facilita momentos tan hermosos como los de este disco que está en medio de muchas partes y en el centro de todas.
© Carlos Pérez Cruz
Puedes escuchar íntegro el disco en la edición nº45 de "Sonidos... del Mundo de la Música" en www.librecreacion.com/carlos/
Comentario publicado originalmente en la web del "Club de Jazz" en
www.elclubdejazz.com
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