Leo que el gobierno chino estudia la posibilidad de provocar precipitaciones en forma de lluvia sobre Beijing para tratar de deshacer la capa de contaminación que envuelve a la ciudad apenas a unos días del inicio de sus Juegos Olímpicos. A pesar de las medidas tomadas de tráfico, obras, etcétera, no hay manera, por lo visto, de evitar que la capital china parezca la sede de los Juegos Olímpicos de la Mina y el Carbón y entre las medidas de urgencia se baraja esa lluvia provocada. ¿Lluvia de mentiras? Ya me imagino al del tiempo de la televisión china diciendo: El área de Beijing se encuentra bajo la influencia de un fuerte anticiclón que dejará cielos completamente despejados a excepción de en el entorno del estadio olímpico donde crecerán nubes de evolución olímpica que descargarán fuertes chubascos de lejía con vinagre*. En este mundo de escasas certezas ni siquiera uno puede asegurar que la lluvia sea "de verdad".
*recomiendo el vinagre como limpiador de suelos de madera... ¡¡qué brillo!!
*recomiendo el vinagre como limpiador de suelos de madera... ¡¡qué brillo!!
4 comentarios:
Joé, eso de provocar precipitaciones puede tener gran utilidad... ¿eh?
Patiko.
¡Coño! No había caído en la cuenta de la gran utilidad que puede tener en determinados momentos muyyyyyy concretos del año. De todos modos, si no te importa, podríamos empezar a probar el método por Menorca. Parece un buen sitio para probar ¿no?
A mí me parece que mejor los del gobierno de cualquier país, deben de tener orgías mayores a siete personas para que se relajen de tanto drama y trabajen mejor.
¿No?
Lady Fellatia, creo que a todos nos convendrían unas cuantas orgías (o al menos tete a tete) para aguantar mejor. Eso sí, si los gobernantes también las disfrutan, ¿qué nos queda al pueblo?
Publicar un comentario