Busca en "Carlos Crece"

jueves, febrero 07, 2008

¿Y sí?

¿Y sí?
¿Y si fuera allí contigo?
¿Qué cielo impío nos miraría con ojos de gato negro?
¿Qué ladrón de corazones secuestraría nuestro camino para dividirlo en dos?
¿Sería, acaso, el final del mundo tal cual lo hemos conocido?

El mundo,
que juzga y prejuzga,
pide e impide.
¿Soy acaso yo el mundo?

Yo, el mundo,
que juzgo y prejuzgo,
me impido ir allí,
donde esperas con paciencia finita,
donde las almas caminan contra el tiempo perdido
y lo pierden en el camino de las esperas imposibles
ocultas entre lo inadmisible.

Sólo cuando la debilidad tuerce el gesto,
cuando el sol se pone por un instante en el alma y ve llover,
se admite allí la derrota.

Hasta aquí he llegado,
no puedo más,
se me va la vida inadvertida,
detenida en un punto del tiempo inalcanzable.
¡No! Me niego,
basta un rayo,
una luz tenue que ilumine mi deseo.
Niego lo imposible,
soy tu fiel servidor,
el chofer a la puerta con el motor encendido.
Pero.

Nunca bajo las escaleras a tu encuentro.
No sé por qué mi amor, no preguntes.
Tengo miedo de encontrarme en la escalera,
la que sube y se encierra,
no admite frío ni calor,
sol ni luna.
Sólo sueño plácido.
Y los ojos cerrados.

Enciendo ahora la chimenea,
me acurruco ante el fuego,
me dejo prender por la madera ardiendo,
agonizo hasta ser ceniza
y desaparezco de este mundo
que juzga y prejuzga,
que pide e impide,
que quizá sea yo misma
temerosa de la derrota del intento.

Y sólo entonces me pregunto,
¿Y sí?
¿Y si fuera allí contigo?

© Carlos Pérez Cruz

No hay comentarios:

Free counter and web stats