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lunes, marzo 28, 2011

Sueños barridos en Irak

No creo en casualidades sino en el cúmulo de causas que derivan en lo que denominamos casualidad. Y son esas causas las que me llevaron el pasado viernes hasta el Cine de Isaba (pequeña localidad navarra del pirenaico Valle del Roncal) para ver el documental Sueños barridos en Irak. No es que, de pronto, el culto pueblo de Amanece, que no es poco y su reconocida afición por Faulkner hayan marcado tendencia en poblaciones de apenas cientos de habitantes como Isaba sino que Karlos Zurutuza, periodista freelance y guionista de este documental, pasa en el valle unos meses como profesor de esquí (y es que muchos trabajos vocacionales no dan de comer por sí mismos pese a su enorme valía). Así que como vecino ocasional del valle (causalidades) el donostiarra Zurutuza encontró esta pantalla para mostrar su trabajo, para mi alegría y sorpresa.

Sueños barridos en Irak nos traslada hasta una localidad del Kurdistán iraquí. Nada más lejos de las tradicionales historias bélicas, este documento nos muestra una realidad poco conocida e ignorada (¡tantas!) de la esclavitud humana del siglo XXI. Sometidos a engaño decenas de trabajadores bengalíes terminan en la localidad de Dohuk trabajando como barrenderos. La compañía kurda Artosh se queda con sus pasaportes hasta que se cumplen los años de contrato por lo que, sin él, ni pueden salir del país ni tampoco trasladarse entre poblaciones del territorio, ya que hay controles de carretera entre cada población. Con salarios miserables, sin posibilidad apenas de descanso y sin libertad viven su pesadilla con asombrosa resignación. Esclavitud en una región que, castigada por Saddam Hussein, es quizá la región iraquí con mayor estabilidad económica y social en este momento, en la que la gran riqueza del petroleo les permite el lujo de la explotación de mano de obra barata. Pasen y vean:



1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnífico testimonio y denuncia.

Gran trabajo. gracias

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