El verano debe ser la estación más recortada del año. Es llegar septiembre y ya es otoño. ¡Oiga, no me robe días! Confundimos verano con Bartolo... o Bartola, que nos la tiramos más a menudo que a Bartolo. Vamos, que verano igual a vacaciones en el lenguaje de la pela. Pues va a ser que no, pero ya que se empeñan yo reivindico el verano completito... o sea, Bartola a tiempo completo... ¡manos arriba, esto es un atraco!
Pero ya que he pasado parte de él (del recortado) entre un mar de olivos algún cachondo me ha invitado a tocar el sábado próximo en el Monasterio de la Oliva... Será por aquello de la morriña. Y aunque de pelas va un poco justa la invitación la cosa el ir es por aquello del volver.
Y ya que reivindico el verano full un dato avalado por científicos de 17 países. El otoño se retrasa por el cambio climático (ese simpático refrito que le estamos haciendo a la tierra) y se calcula que el verano se alarga como unos tres días... ¡tres días! ¡72 horitas de plus! ¿Dónde están los sindicatos? ¡Huelga general ya!
Pero ya que he pasado parte de él (del recortado) entre un mar de olivos algún cachondo me ha invitado a tocar el sábado próximo en el Monasterio de la Oliva... Será por aquello de la morriña. Y aunque de pelas va un poco justa la invitación la cosa el ir es por aquello del volver.
Y ya que reivindico el verano full un dato avalado por científicos de 17 países. El otoño se retrasa por el cambio climático (ese simpático refrito que le estamos haciendo a la tierra) y se calcula que el verano se alarga como unos tres días... ¡tres días! ¡72 horitas de plus! ¿Dónde están los sindicatos? ¡Huelga general ya!
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