Hablando de conciencia. Dicen que los seres humanos somos los únicos animales capaces de tenerla. Describe la RAE la palabra conciencia: Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta. ¿Mi gata Sue no se reconoce a sí misma? Pues mira que se ha visto veces en el espejo y no ha dicho ¡eh mira, otro gato!. No, si resulta que va a estar ciega la pobre. En su consideración psicológica dice la RAE: Acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo. Aquí me quedo más tranquilo dado que los actos psíquicos los estudia la psicología que es, según la RAE: Ciencia que estudia los procesos mentales en personas y en animales. Así que mi Sue tiene conciencia... ya me parecía a mí. ¿Qué le diferencia de mí? Vale, el aspecto. Aunque hay humanos de aspecto felino (sobre todo en ellas). ¿Qué será entonces? ¡La DIGNIDAD!, dijo ella. Va a ser eso, que los animales (no humanos) no son dignos. ¿No tienen dignidad los animales (no humanos)? ¿Qué es la dignidad? Cualidad de digno, dice la RAE. ¿Digno? Merecedor de algo, dice la RAE. Ahora resulta entonces que si la dignidad es la cualidad de digno, o sea la cualidad de merecer algo... ¡a la hoguera con ellos! O mejor, a la plaza de toros. Y es que en el fondo las corridas de toros no contradicen la dignidad del animal (no humano) dado que los taurinos pueden esgrimir que el toro es merecedor de ser puteado hasta la muerte, ¿por qué no?. Lo que no tengo tan claro es que se respete la dignidad del torero (ser humano animal). Tener que lidiar sus faenas en plazas llenas de arena y moscas (con perdón a su dignidad)... eso si que es indigno.
En fin, con tu permiso, me voy un momento a ver si las cañerías están limpias. No vaya a ser que termine mis días enfangado.
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