Dos fragmentos de la novela Cada castell i totes les ombres (Cada castillo y todas las sombras ) del escritor Baltasar Porcel (1937 - 2009):
(...) - Los hechos pertenecen a un universo distinto, y por suerte apartado, y si no los acercamos con palabras, allí se quedan como animalitos enjaulados. Así tengo a mi perrita. En contra de lo que se dice, no son los hechos sino las palabras lo que engaña. Mira la Iglesia y Franco, que siempre que podían hablar semejaban el esplendor máximo. Un difunto no habla y por eso ya no es nada; mientras su cadáver, un hecho, queda allí tirado. Los muertos sólo subsisten si se habla de ellos o se piensa en ellos, la charlatanería como sustancia. (...)
(...) Y el mar nocturno, gran masa amenazante y fundida con el cielo, una vacuidad llena, invadida de improviso por el inmenso baluarte de luminosa oscuridad de un petrolero. Un volumen que parecía a punto de precipitársele encima y aniquilar el yate, pero que al fin pasaba omnipotente e impávido. Los grandes barcos solos en medio del mar parecían también una mecanización del miedo inmenso y ancestral que erraba a lo largo y ancho del planeta... (...)
(...) - Los hechos pertenecen a un universo distinto, y por suerte apartado, y si no los acercamos con palabras, allí se quedan como animalitos enjaulados. Así tengo a mi perrita. En contra de lo que se dice, no son los hechos sino las palabras lo que engaña. Mira la Iglesia y Franco, que siempre que podían hablar semejaban el esplendor máximo. Un difunto no habla y por eso ya no es nada; mientras su cadáver, un hecho, queda allí tirado. Los muertos sólo subsisten si se habla de ellos o se piensa en ellos, la charlatanería como sustancia. (...)
(...) Y el mar nocturno, gran masa amenazante y fundida con el cielo, una vacuidad llena, invadida de improviso por el inmenso baluarte de luminosa oscuridad de un petrolero. Un volumen que parecía a punto de precipitársele encima y aniquilar el yate, pero que al fin pasaba omnipotente e impávido. Los grandes barcos solos en medio del mar parecían también una mecanización del miedo inmenso y ancestral que erraba a lo largo y ancho del planeta... (...)
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