Mi estancia jienense va llegando a su fin - lo cual significa que mi estancia sanferminera está al caer - y es tiempo de balance. Aprovecho este momento entre piscina y ducha para reflexionar sobre la decoración típica de ciertas casas de esta provincia andaluza...¡¡ OZÚ qué miedo!! Coño el miedo que tiene que pasar uno en una noche de tormenta cuando todas esas caras se ilumen dolientes, padecientes y crucificás... Me refiero a los miles de cuadros con imágenes de Santas, Cristos, Cristillos y vírgenes que pueblan cada rincón de algunas de las casas que he tenido oportunidad de conocer.
Hay algo que no termino de entender. Uno puede venerar desde a Dios, pasando por Maradona, hasta Alá (y así cerramos el círculo). Pero, ¿por qué someterse al martirio de su sufrimiento? ¿Qué gana uno acostándose y cuando folla - con ánimo procreador u ocioso, me da iguá - ver la cara de una virgen lacrimal, un cristo sangrante o un abuelo puteao. Me imagino que muchos calentones llegan a su fín en cuanto la vista se pierde en alguna de estas imágenes.
En fin, reflexiones antes de la ducha... me voy al agua.
Hay algo que no termino de entender. Uno puede venerar desde a Dios, pasando por Maradona, hasta Alá (y así cerramos el círculo). Pero, ¿por qué someterse al martirio de su sufrimiento? ¿Qué gana uno acostándose y cuando folla - con ánimo procreador u ocioso, me da iguá - ver la cara de una virgen lacrimal, un cristo sangrante o un abuelo puteao. Me imagino que muchos calentones llegan a su fín en cuanto la vista se pierde en alguna de estas imágenes.
En fin, reflexiones antes de la ducha... me voy al agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario