Le parisien et la parisien recien llegados. Aquí empieza el diario de viaje a la capital francesa. Unos once años después es probable que el Ojo que esto escribe lo vea todo diferente: por compañía, por edad, por falta de memoria. Entonces no existía Amelie y la ciudad no sonaba a Tiersen. Entonces Induráin ganaba Tours, ahora el Tour está touché.
Ahora toca aller a la cama. Acaba aquí el capítulo 1 de este Parisien circunstancial. Si puede ser llegará el 2, sino habrá que esperar al epílogo.
Corto y cierro
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