Siempre es una palabra muy
fuerte. Quizá tanto como odio. Ambas hay que usarlas con mesura y, sobre todo, con
la convicción de que casi nunca algo es para siempre ni merece nuestro odio. Que
un ministro nos pida que hagamos turismo “siempre” en España, en vez de salir
al extranjero (donde, al loro, ¡hay mosquitos!), es como para desear que
nuestros dirigentes se vayan para siempre antes de que el odio nos ciegue y nos
dé por levantar una contra-inquisición o afilar las cuchillas de la guillotina.
Las palabras de José
Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, compiten con su
estudiada (¿?) estupidez por un puesto en el podio de sandeces patrióticas. Hay
atasco, bien es sabido, pero al leer las del ministro no pude dejar de sentir
un tufillo franquista a la altura de los baños de Palomares, y aquella era de
medalla de oro e himno con mano en el pecho. Si no salimos de España,
terminaremos por reproducir la conversación de El viento de la luna de Antonio Muñoz Molina, en la que la tía del
protagonista le pregunta a su novio quién es ese presidente Kennedy.
- El de Estados Unidos, el que más manda en el mundo.- ¿Más que Franco?
2 comentarios:
Al igual que cada pueblo tiene el alcalde que se merece, cada país tiene los ministros que ídem......
Qué razón tiene el ministro! Yo he estado en Mississippi y me han acribillado los mosquitos... Si le hubiera hecho caso...
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