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miércoles, febrero 02, 2011

Imágenes e interpretación. Notas sobre la revolución egipcia en la televisión.

Una de las ventajas de las comunicaciones tal y como están desarrolladas hoy es que podemos asistir audiovisualmente en directo a acontecimientos como la revolución egipcia. Obviamente son visiones muy limitadas dado que apenas podemos visualizar unos pocos puntos (aunque sean estratégicos) de lo que acontece en la capital del país. Del resto, apenas informaciones.

Divido la pantalla de mi ordenador entre la emisión inglesa de Al Jazeera, la televisión estatal egipcia y el canal France 24. Escucho el sonido de Al Jazeera que, en el complejo ejercicio de narrar el caos, trata de describir lo que las imágenes nos muestran. Miles de personas que corren de un lado para otro, bolas de fuego que caen desde lo alto de edificios, decenas de personas arrojando objetos desde las azoteas de edificios... pero, ¿quiénes son? La voz desde el estudio describe lo que ya vemos pero sabe tanto como quienes miramos: ¿qué posición defienden los que lanzan sillas, piedras o cócteles molotov desde las azoteas? ¿Y los de abajo? ¿Y los que abajo se enfrentan entre sí? Asistimos a un dantesco momento histórico y no estamos capacitados para identificar a los actores de su representación.

De pronto una cámara próxima a la calle nos muestra a un hombre herido, aturdido, rodeado de decenas de ciudadanos exaltados que parecen tratar de apalearlo. La camara está presente y son conscientes de ello. Lo que parece el inicio del linchamiento se torna en un gesto humanitario de ayuda al herido. Lo acercan hacia el lugar de la cámara, lo sientan, y uno de los que antes lo acosaba empieza a limpiar su rostro con papel higiénico. ¿Le ha salvado una cámara de televisión la vida? Al igual que nosotros la locutora asiste con tensión a la escena pero, ¿quiénes son quienes acosan primero y ayudan después a ese hombre? ¿Qué posición defienden? Empiezan a gritar ante la cámara, tratan de aprovechar la presencia mediática para responder nuestra pregunta. ¿Qué dicen? La locutora, en comunicación telefónica con uno de sus periodistas en El Cairo, calla para que su colega escuche y traduzca. No logra escuchar, no logra traducir. Somos como espectadores de una película en un idioma extranjero sin subtítulos. Millones de espectadores potenciales se asoman a un momento histórico que, durante unos minutos, es una historia particular. ¿Importa qué defiende? Sufrimos por su destino; lo compadecemos. El guión del directo informativo tiene en cuenta particularidades que la historia ignorará.

Mientras la retransmisión de Al Jazeera y del canal France 24 se concentran en la plaza Tahrir y alrededores la emisión de la televisión estatal nos muestra a un grupo de unas decenas de personas que agitan banderas de Egipto y muestran retratos del presidente Mubarak. En varias ocasiones interrumpen la emisión en directo para mostrar un video que muestra imágenes del país en lo que parece una promoción turística. Imágenes del Meditérráneo, de las pirámides... muchas e inmensas banderas egipcias. El periodismo como ejercicio de orientación ideológica, de manipulación emocional. Protestan partidarios de Mubarak por el papel de los medios de comunicación internacionales (se ven pancartas con el logo de Al Jazeera) a quienes acusan de agitar las revueltas. ¿Son los medios internacionales agitadores de la revuelta? ¿Son los medios estatales objetivos con sus conciudadanos?

1 comentario:

jesus dijo...

¿revolucion?. eso me parece muy fuerte. con cambio... y ojito con la involucion

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