Creo que a veces perdemos la perspectiva de lo que significa un personaje público. A pesar del halo artificioso que le pueda rodear, a pesar de que las luces puedan deslumbrar, detrás de la marioneta sigue existiendo un cuerpo y un alma a la que la vida afecta como a cualquiera. Así que cuando la muerte ronda su vida conviene apartar las cámaras y apagar los micrófonos. Es tiempo para el duelo y el respeto. Es momento para recuperar la perspectiva.
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