Quién tuviera la inocencia de un niño. Palabra de Televisión: Amén. Alabada sea la Santa Catódica Pantalla. Así que tras escucharlo en La Sexta el niño ha ido por primera vez en su vida a comprar un periódico. Lo primero ayudarle a encontrarlo. Y cuando el Marca ya estaba en sus manos ha llegado el segundo momento, el más cruel, inolvidable despertar al desengaño.
- ¿Dónde está la barba? -, ha susurrado con su voz.
- ¿Qué? -, ha respondido la dependienta.
- La barba -, ha insistido él todavía algo tímido.
- ¿Qué barba? -, ha interrogado con cara de sorpresa la dependienta (al fin y al cabo esto es una tienda de periódicos, no una peluquería o barbería)
- La barba de Gasol -, el niño con un hilillo de voz como anticipando la tragedia.
- A mí no me han traído nada -, ha dicho ella rebuscando falsamente con la mirada.
- Lo han dicho en La Sexta.
¡Ajá! "Lo han dicho en La Sexta". He aquí la frase clave de toda esta conversación. "Lo han dicho en La Sexta", con lo cual lo han dicho en la Televisión, con lo cual... ¡es verdad! Si lo dice la tele es verdad. No hay mayor verdad que la que nos escupen plasmas, pantallas planas o las redonditas de toda la vida. El niño tenía razón porque su verdad era la de la tele; ella MENTÍA. Sí, es verdad que la barba de Gasol (obviamente no la original sino una cartulina imitando la barbita de leñador del crack baloncestístico) no había llegado hasta esa tienda pero, ¿qué culpa tenía el niño de que eso fuera así? ¿Acaso no debía tener ella la barba para él?
El niño ha aprendido la primera gran lección de la vida adulta. Desconfía del prójimo y ten Fe en la Televisión. "Oh TV, adoramus te". Y el pobre ha vuelto con el periódico en mano a depositarlo a su estante. Al fin y al cabo, ¿para qué sirve leerlo?
1 comentario:
SOLO SE HA REPARTIDO EN MADRID
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