Con el café con leche a más de cuatro
euros, uno se da cuenta de que la Europa comunitaria no lo es, desde
luego, en términos de poder adquisitivo ni de coste de la vida. Los de
Múnich juegan en otra liga, tienen hasta cuatro sellos discográficos de
jazz de primer nivel y van en bici.
Lo
de la bici no es baladí. Se respira mejor y se camina peor. No emiten
contaminantes pero su prevalencia en ciertos espacios, unida a la
ferocidad del pedaleo, le hace dudar a uno de si no se habrá metido
involuntariamente en el recorrido de una carrera ciclista y está, por
ello, a punto de ser reprendido (además de arrollado). Eso sí, se
detienen en los semáforos, una rareza en territorio ibérico donde el
ciclista, por definición, es daltónico.
A Tim Collins, vibrafonista y baterista norteamericano residente en Múnich, le sorprendió. Le preguntaron en una entrevista qué es lo que más le había llamado la atención de la vida en Europa y respondió que lo de las bicis, que se pueda ir fácilmente en ellas a todas partes. Será sin vibráfono a cuestas, imagino, y sin cuestas como las de Jaén, que de tan empinada no se atreve con ellas ni el tranvía. Eso sí, el café, tres euros menos. Y la oportunidad de tocar y encontrar trabajo, quizá también tres veces menor.
Sigue leyendo en la web de 'Cuadernos de Jazz'
A Tim Collins, vibrafonista y baterista norteamericano residente en Múnich, le sorprendió. Le preguntaron en una entrevista qué es lo que más le había llamado la atención de la vida en Europa y respondió que lo de las bicis, que se pueda ir fácilmente en ellas a todas partes. Será sin vibráfono a cuestas, imagino, y sin cuestas como las de Jaén, que de tan empinada no se atreve con ellas ni el tranvía. Eso sí, el café, tres euros menos. Y la oportunidad de tocar y encontrar trabajo, quizá también tres veces menor.
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