(...) Me di cuenta de que no era muy feliz. Le propuse dar un paseo. Sé que las cosas que callamos nos resulta más fácil expresarlas caminando que estando sentados. No tiene uno que decirlas a los ojos. Tanto el que habla como el que escucha van mirando al suelo. A veces una calle ruidosa libera el corazón de un ser humano tanto como el alcohol. O incluso, si usted quiere, como esos tranquilos rincones en las iglesias en los que por lo general aguarda el confesionario. De modo que nos fuimos a dar un paseo. (...)
(...) ¿Qué le pasaba realmente? Sólo Dios puede saberlo. Él fue quien creó a Eva. Un ginecólogo rara vez sabe lo que le ocurre a una mujer. (...)
Joseph Roth - El triunfo de la belleza - 1934
(...) ¿Qué le pasaba realmente? Sólo Dios puede saberlo. Él fue quien creó a Eva. Un ginecólogo rara vez sabe lo que le ocurre a una mujer. (...)
Joseph Roth - El triunfo de la belleza - 1934
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